"Salto cualitativo..."
Un ejemplo de aquello a donde Caroline ha buscado llegar con este álbum se aprecia en 'Bunny is a rider', un tema que logra demasiado con muy poco. Una percusión que apenas marca presencia y donde toda la potencia se centra en el relato, impecable, contagioso y consistente. En esa misma línea funcionarán canciones como 'Pretty in possible' o 'Crude drawing of an angel' (muy oscura esta), que con sus sutiles arreglos e incluso momentos vocales desnudos se enmarcan dentro de lo más interesante que regala el álbum.
Eso si, este no se olvidará de que es un disco de pop, por lo que de vez en cuando diversificará entregando momentos más cercanos y comerciales, de ahí la luminosa apertura con 'Welcome to my island', adictiva y personal (tira líneas acá a su fallecido padre), la playera 'Sunset', el single incontestable 'I believe' o la electro acústica 'Blood and butter' (cosa curiosa: esta presenta a medio tema un solo de gaita). Ahora, si bien al disco le hace bien no estancarse en tanto momento oscuros y acercarse a cosas más dinámicas, cabe mencionar que en estas Caroline Polachek sacrifica bastante su identidad y suena como cualquier otra artista pop, presentando desde ya un dilema a futuro para ella. ¿ir por la masividad con este tipo de canciones o profundizar en sonoridades más complejas? Bueno, el tiempo dirá. Por ahora pareciese mantenerse en el límite, tanteando terreno aquí y allá.
Este ir y venir continuará haciendo presencia en la cara b del disco, que abrirá con ese curioso pero satisfactorio experimento electrónico que es 'Fly to you', donde interactúa con Grimes y la siempre característica Dido, que podría haber encontrado una atractiva continuación en 'Smoke' (que re utiliza la melodía del fraseo de 'Pretty in posible'), sin embargo, Caroline decide antes ir muy pero muy abajo con 'Hopedrunk everasting' (que suena a canción de cierre, no se entiende mucho que tras esta suenen tres más) y 'Butterfly net' (esta si que derechamente se la podría haber ahorrado) para cerrar efectivamente con 'Billions', un baladón que por sus arreglos + trabajo melódico también se enmarca dentro de lo más interesante del álbum.
En contra jugarán esas dos almas que conviven en el álbum, una (muy) comercial y otra (muy) íntima / reflexiva, también el que la cara b por momentos se vuelve algo pesada. A favor está la ambición que muestra la artista y lo consistente que en general suena, pese a abordar una electrónica desnuda y que en contadas ocasiones se desata. Durante todo el álbum este pareciese tiene algo que decir, una propuesta en cuanto a arreglos y mensaje, lo cual viniendo del mundo del pop no es poco. Caroline Polachek se ha transformado en el nuevo juguete indie pop, digamos, esa artista que está haciendo grandes cosas pero que no es reconocida. Y bueno, el tiempo dirá, por ahora nos quedamos con su mejor disco a la fecha y uno de los grandes que habremos oído en este 2023.
¿Canciones? 'Pretty in possible', 'Crude drawing of an angel' y 'Billions'.
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