sábado, 5 de noviembre de 2022

Slipknot: The End, So Far (2022)

 "Solo intentonas..."

Si hay algo que viene marcando la carrera de Slipknot desde hace rato, es la irregularidad. De un buen tiempo a la fecha sus discos pareciesen ir y venir, a veces cumpliendo (.5 The Gray chapter, 2014) y en ocasiones bajando el nivel dramáticamente (We are not your kind, 2019), lo cierto es que aquellos tiempos en que sorprendieron mediante sus dos primeros álbumes lucen cada vez más lejanos y desde entonces la banda no parece sino unicamente haber administrado el éxito. Si a eso agregamos el que la tragedia se ha ensañado con ellos (Paul Gray, Joey Jordison), que decir, el asunto luce confuso por todos lados. En dicho contexto, The end, so far transmite ganas por dar pasos hacia adelante mediante un conjunto que pretende ser diverso y dar muestras de las diferentes ideas que Corey Taylor tiene en mente para este Slipknot actual, sin embargo, recalco el "pretende", pues verdad sea dicha, el séptimo disco de la banda no llega mucho más allá de las ganas...

De la mano de Joe Barresi en producción, son doce canciones en casi una hora las que nos entregan esta vez y ahí la banda intenta matizar sus canciones típicas con otras más calmas y reflexivas, generando un equilibrio que es agradable, se deja oír... pero no impacta. Dicho en simple, cosas como 'The dying song (Time to sing)' o 'The chapeltown rag' funcionan, las cual no escapan al clásico combo que Slipknot propone, es decir, estrofas violentas seguidas de coros melódicos. En la misma línea 'Have mint' + 'Warrant' continúan dando muestras de una fórmula que a estas alturas luce inagotable, mientras que 'H377' se anota como la mejor del disco al emular de buena forma los inicios de la banda y por cierto, ser la única TODO el álbum que realmente conecta con la ira. 

La otra cara de The end, so far se compone por canciones de una vibra mucho más baja, relatos de Corey Taylor que van en busca de atmósferas oscuras y emocionales, el problema es que por lo general no logra su objetivo, quedando a medio camino en temas extensos como 'Aderall' o 'Medicine for the dead', que apuestan a ser ejes dentro del disco pero no hacen sino evidenciar el estar compuestas con demasiado cerebro y muy poco corazón. Dicho en simple: no hay desgarro acá, simplemente no te crees el drama que se supone quieren transmitir. Algo similar ocurre en 'Yen', que se deja oír pero jamás te golpea, y también en 'Acidic' (aunque de esta rescato el solo, que aporta y funciona). Y del resto, poco que decir, 'Heirloom' es Stone sour por donde se mire y los diez minutos finales con 'De Sade' + 'Finale' son absoluto tedio y relleno, cerrando así un disco que claramente muestra lo mejor que tiene en su primera mitad para luego desgranarse dramáticamente entre intentonas que no parecen ir hacia algún lado.

Se aprecian las ganas de Corey Taylor y compañía por sacar del estancamiento a Slipknot pero ciertamente no lo logran. The end, so far si por (pocos) momentos funciona es cuando recurre a los temas marca de la casa pues cuando intentan salir de la zona de confort no hacen si no evidenciar una falta de talento enorme (digámoslo como es) para saber encontrar la intensidad necesaria que requieren este tipo de canciones. Como sea, otro intento fallido. Y ya van... 

¿Canciones?  'The chapeltown rag' y 'H377'.

5/10
Nada muy especial...


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