Hemos dicho en el pasado que los noventa dieron para todo. La popularidad alcanzada por el grunge fue el punto de partida para una década que celebró de pie la exploración y puso de moda a lo alternativo. De esta forma, bandas que hoy pasarían por el absoluto anonimato como, Underworld, The prodigy o Nine inch nails (por mencionar algunas) se las arreglaban para sonar en las radios y generar rotación de sus videos. Fue en aquel contexto que ocurrió el extraño (pero notable) fenómeno de artistas consagrados que quisieron beber de nuevas fuentes (ya comenté acá meses atrás lo que ocurrió con U2 y su fallido Pop), y David Bowie fue uno de aquellos que con seguridad mejor asimiló dicho momento y, pese a los palos que le llovieron en su momento, entregarnos un par de álbumes de alto vuelo para el recuerdo.
Digo par de álbumes porque debemos recordar que el inglés venía de colaborar con Brian Eno en 1995 para el lúgubre y poco comprendido Outside, disco de culto a estas alturas dentro de la discografía de Bowie, por lo que Earthling viene a funcionar como una especie de sucesor lógico del mencionado, una evolución de cierta forma. Y es que si en Outside el artista encaró una mirada pesimista del presente mediante sonoridades pantanosas y tétricas, dos años más tarde daría continuidad a la temática pero desde la rabia, lanzándose sobre un sonido de corte más explosivo y que miraría al rock de reojo mediante el uso constante de la electrónica, loops, sintetizadores y sampleos varios como herramienta principal de trabajo.
El álbum abre con 'Little wonder', seis fenomenales minutos que desde ya dan muestras de por donde irá el resto del trabajo. Soberbio trabajo de guitarras que se entrelaza con bases electrónicas, una estructura dinámica y contagiosa dispuesta a funcionar como primer promocional del álbum (y así fue). Muy similar a esta es 'Battle for Britain (The letter)', que pareciese haber sido construida sobre el mismo riff pero se diferencia en los notables juegos vocales que Bowie logra, además de un exquisito toque caótico que contiene el tema (espectacular ese piano desordenado que aparece en la recta final). Más adelante sonarán otros temas que insistirán sobre baterías electrónicas aceleradas que se conectarán con guitarras explosivas, como ocurre en 'Telling lies', la tremenda 'The last thing you should do' o 'Dead man walking', que cuenta con un puente + coro que debe estar entre los mejores logrados en la carrera del inglés.
Entre todas estas aparecerán algunas dispuestas a bajar las pulsaciones y que como crítica podría mencionar que aparecen muy pronto en el disco y efectivamente restan un tanto de ritmo al asunto. Ahí tenemos la repetitiva 'Looking for satellites', luego la explosiva 'Seven years in Tibet' y 'I'm afraid of americans', que se sostiene exclusivamente en su coro.
Mirado a dos décadas de distancia Earthling aparece como un álbum claramente menos preciado dentro de la carrera de David Bowie. El experimento fue criticado en aquellos años por sonar forzado, por mostrar a un vocalista que, en lugar de ser vanguardia, esta vez intentaba sumarse a una tendencia que ya se encontraba en boga. La calidad del álbum, sin embargo, es indiscutible. Estamos frente a un álbum inquieto, a ratos creativamente desbocado y caótico, que funciona en lo individual y colectivo. El mejor álbum de Bowie durante los 90's y el último además donde lo veríamos experimentar a ciegas con su música, además de mostrarse fenomenal en términos de imagen (pelos de colores, cortes extravagantes, chaquetas con estilo), lo cual también lo coloca en un sitial tremendamente especial dentro de su discografía.
Otras reseñas de David Bowie:Mirado a dos décadas de distancia Earthling aparece como un álbum claramente menos preciado dentro de la carrera de David Bowie. El experimento fue criticado en aquellos años por sonar forzado, por mostrar a un vocalista que, en lugar de ser vanguardia, esta vez intentaba sumarse a una tendencia que ya se encontraba en boga. La calidad del álbum, sin embargo, es indiscutible. Estamos frente a un álbum inquieto, a ratos creativamente desbocado y caótico, que funciona en lo individual y colectivo. El mejor álbum de Bowie durante los 90's y el último además donde lo veríamos experimentar a ciegas con su música, además de mostrarse fenomenal en términos de imagen (pelos de colores, cortes extravagantes, chaquetas con estilo), lo cual también lo coloca en un sitial tremendamente especial dentro de su discografía.
8/10
Excelente.
2016 // Blackstar
2013 // The next day
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