"Pero los dinosaurios van a desaparecer... "- dijo sabiamente Charly alguna vez. Y no pasa nada, eh? Que el descenso es inevitable para todos y aquello es lo único que esta vida nos asegura desde un comienzo. Llega a dar miedo eso si el imaginar este mundo sin los dinosaurios del rock que aún nos quedan en activo. Cuesta imaginar una vida sin ACDC, sin los Stones, sin Paul, Gilmour ni Plant.... o sin Iron Maiden. Pero llegará, ese día inevitablemente llegará y las señales son cada vez más claras. Algunos grandes aún son capaces de entregar agradables sorpresas mientras que otros lo intentan sin ser efectivamente capaces, y por aquellos lares deambula desde hace un buen tiempo la dama de hierro, entre discos irregulares como Dance of death (2003) o The final frontier (2010) y otros exageradamente ambiciosos como A matter of life and death (2006). Lamentablemente en esta última categoría (y peor) encaja The book of souls, el más reciente quiero pero no puedo de una de las leyendas más grandes de la historia del heavy. Un disco que avanza en la misma linea de sus dos antecesores, intentando convencer con sus múltiples juegos de guitarras y estructuras que superan incluso los diez minutos de duración pero que termina ahogándose en medio del innegable tedio.
A diferencia de Judas Priest, quienes jugaron a la segura (?) recientemente con un mediocre Redeemer of souls (2014), Iron Maiden persiste en su intento por trabajar un sonido barroco, lleno de idas y vueltas aparentemente complejas pero en donde la banda acaba perdiéndose en si misma. Para muestra los insufribles seis minutos (que parecen diez) de 'The great unknown' o las eternas estrofas + coros de 'The book of souls' (la canción), a la que ni siquiera el predecible cambio de velocidad que vive a los seis minutos logra rescatar. En esa línea, un caso curioso es 'The red and the black', que son más de trece minutos en donde Steve Harris lleva a la banda a experimentar al extremo con las estructuras (o sea, el comienzo de la canción suena a final) en un ejercicio que resulta efectivamente interesante pero que da tantas vueltas que termina agotando. El caso es que solamente entre las tres mencionadas hay treinta minutos de música, suficiente como para tener una clara idea de los reiterativos pasos que da el álbum.
El resto son las clásicas cabalgatas marca de la casa, las cuales curiosamente acaban siendo lo más disfrutable (?) que contiene el disco, quien lo diría. Ahí 'Speed of light' , 'When the river runs deep' o 'Death or glory' algo entretienen, también cumple la partida a cargo de 'If eternity should fail'. Ahora, del auto plagio descarado de 'Shadows of the valley' ni hablar (es 'Wasted years' + 'Benjamin Breeg' + 'The fallen angel'), una señal más de que se han quedado sin ideas.
Instrumentalmente la banda es sólida, y aquello probablemente sea lo más rescatable que encontremos en el disco, el que estos tipos técnicamente continúan cumpliendo de sobra no entregando señales de cansancio alguno. Y bueno, Bruce Dickinson es tema aparte, seguimos hablando de uno de los vocalistas más importantes de la historia. El resto: monótono, predecible y muy poco atractivo.
¿Canciones? 'The red and the black', por lo interesante del experimento.
5/ 10
Nada muy especial...
Otras reseñas de Iron Maiden:
Aunque estamos de acuerdo en algunas cosas, no coincidimos en la conclusión final. Creo que es un gran disco y probablemente si viniese firmado por según que nombres de moda ahora mismo a más de uno le harían los calzoncillos "klon". No es el mejor de Iron Maiden, pero sí superior a algunos discos que la gente tiene como sagrados.
ResponderEliminarSaludos Larry, y gracias por comentar.
EliminarEl disco sin duda ha dividido aguas, a mi en el global me ha parecido demasiado mecánico y tedioso, otros lo han amado. Yo pienso al contrario que tu, creo que el disco por muchos es bien comentado solo porque es de Iron Maiden (la marca pesa), si fuese un álbum de cualquier otra bandita ni tres temas le habrían aguantado.
En fin, son solo opiniones. Todas bienvenidas =)
Saludos!
Un placer leerte y comentar ;)
EliminarEscuchado el disco mas de 3 veces, con calma se puede decir que sabe al Maiden post Brave new world, nada tan nuevo sublime como algunos han dicho. Tiene momentos inspirados como uno encontró en Nomad, Paschandale, Brighter than a Thousand Suns, o When the Wild Wind Blows pero de ahi a elevarlo al status de un Powerslave o Seveth son....hay décadas de diferencia. Me quedo hasta el momento con The red and the black y The book of souls, slds
ResponderEliminarA mi realmente me ha dejado perplejo el leer que a muchos el disco los ha sorprendido, si tal como mencionas, no es nada que no hayan trabajado en cualquiera de los últimos tres discos. En fin, saludos y gracias por comentar!
EliminarSaludos.
Agradezco este review. Me parece bien leer algo sensato respecto a Iron Maiden. He sido por años muy fanático de ellos, pero la adoración que algunos muestran respecto a la calidad de este album la verdad es que me deja perplejo y me llega a dar vergüenza. En fin, el disco es malo y el peor defecto que tiene a mi modo de ver es la repetición innecesaria. Muchos lo han dicho. En esa línea, The Red and the Black es para mí la peor canción. La autocomplacencia compositiva es terrible. Hay muchísimas partes repitiendo una y otra vez la misma secuencia de tres notas. Quizás si la banda se pusiera el pie forzado de componer canciones de no más de 4 minutos, podría ocurrir algo interesante. Una pena la verdad. Para terminar debo decir que Brave New wolrd es un gran disco para mí, donde si bien hay partes un poco repetitivas, la calidad de las composiciones es superior. Mención especial para la joya oculta: The Thin Line Between Love and Hate con el aporte de Murray. gracias por el review nuevamente.
ResponderEliminarGracias a ti Gabo.
EliminarAdemás que comparto tu apreciación: Brave new world es una maravilla de disco. No recuerdo otro "regreso" (dentro de los TANTOS que vivimos en los últimos quince años) de tan alto nivel como el de Bruce Dickinson a Iron Maiden con Brave new world. Ahí hay temas efectivos a rabiar (Wicker man, Fallen angel), otros más largos y épicos (Blood brothers, Dream of mirrors) y joyas escondidas que nos regalan (Nomad, The thin line). Si, tremendo disco de principio a fin.
Saludos!!!