En completa calma y silencio, como viene siendo desde hace un buen rato, ha llegado a nosotros el octavo álbum de Norah Jones. Artista que no cabe duda ha tenido que convivir durante toda su carrera con el cara y sello que implica el haber metido veinte años atrás canciones como 'Come away with me', 'Don't know why' o 'Sunrise' en el inconsciente colectivo para luego rápidamente haber quedado relegada al cajón del olvido por gran parte del planeta. También no es menos cierto que parte importante de este fenómeno se debe a las direcciones que la misma Norah ha decidido tomar, caminos bastante alejados de fórmulas inmediatas y donde la única excepción a la regla estuvo en la edición del exquisito Little broken hearts (2012), de los grandes discos que nos dejó la década pasada y uno que sin duda mereció mayor reconocimiento. Sin embargo, la generalidad de los trabajos de la compositora han ido en otra dirección, una que se mantiene fiel a la mixtura entre el blues y el jazz tan características de la artista. En esta linea, tras luego de un álbum muy purista como Day breaks (2016) y otro más cargado a delicadas baladas como Begin again (2019) no deja de sorprender el que tan pronto Norah Jones esté de regreso con un disco del nivel de Pick me up off the floor, compuesto y producido prácticamente en su totalidad (salvo dos canciones) por la vocalista, y un verdadero manjar para quienes venimos siguiéndola.
En materia temática la Norah Jones una vez más circula en torno a las pérdidas, la soledad y melancolía, entregando así un álbum de tonalidades oscuras pero que se encuentra muy lejos de perderse en si mismo, principalmente gracias a los inspirados arreglos con que cuenta, que están muy lejos de apostar por lo obvio. De esta forma, Pick me up off the floor funciona como un disco precioso de comienzo a fin, donde cada canción aporta un matiz en lo musical. Un álbum en donde los detalles marcan la diferencia.
Abrirá susurrando en la delicada 'How I weep' para pronto pasar a 'Flame twin', una pieza más golpeada con un piano como protagonista, ahí donde el registro vocal de Norah no puede llegar si lo hará la música, asunto que vuelve a darse en la excelente 'Heartbroken, day after'. Muy personal sonará 'Hurts to be alone', donde habla de la necesidad de crecer en medio de la soledad, sin embargo, uno de los puntos más altos del disco llegará en el nudo de este gracias a la enorme 'Say no more', con ese sincero relato que oscila entre la decepción y resignación ("No digas más / Todas las mentiras se lavarán en la orilla / Quédate conmigo / Yo fingiré que eres todo lo que necesito..."), con un piano que se suelta a media canción encontrando momentos de intensidad.
Mucho más blusera sonará la pasada por una profética 'This life' ("Esta vida como la conocemos ha terminado...", que fue escrita antes del confinamiento y la pandemia) + 'To live' mientras que 'I'm alive' revitalizará el álbum con sus coqueteos folk (se nota la participación en letras y producción de Jeff Tweedy de Wilco). Finalmente la recta final soltará los temas más espesos del trabajo, 'Were you watching?' + 'Stumble on my way' , aunque estos conectarán con el cierre definitivo en tono acústico de 'Heaven above' (la segunda colaboración de Jeff Tweedy en el álbum), que destaca por sus delicados arreglos de cuerdas + piano.
De esta forma Norah Jones se ha vuelto a anotar con un álbum fabuloso, rico en matices y arreglos, un trabajo que funciona a contra corriente de lo que la vida nos pide hoy en día, un álbum para escuchar, disfrutar en calma y apreciar al detalle. Bendita sea por eso.
8 / 10
Excelente.
Otras reseñas de Norah Jones:
es que Norah aburre. No quiero decir que me pasa como con Adele que es música para gente "grande" pero casi casi lo mismo ja.
ResponderEliminarTe mandé mail, saludos!
Jajaja, no se, es música para ciertos momentos me parece.
EliminarCon un buen vino Norah Jones se disfruta más aún =P
Saludos!