Durante esta década Florence Welch ha logrado posicionarse como una de las vocalistas más versátiles y talentosas del pop actual. Creativa, franca, sensible y dueña de un particular registro, la inglesa había entregado desde 2011 a la fecha tres álbumes de estudio que daban muestra de un tino enorme a la hora de equilibrar exquisitas melodías, profundas interpretaciones con arreglos tan dinámicos como diversos, sin embargo, disco a disco ha resultado muy evidente el como Florence ha ido internándose en terrenos cada vez más lúgubres y personales al punto de haber haber abordado sin misericordia sus adicciones y momentos más oscuros en el fantástico How big, how blue, how beautiful (2015). A tres años de aquella experiencia la tenemos de regreso mediante un trabajo que vuelve a dar muestras de su valentía aunque, a diferencia de cualquiera de sus antecesores, esta vez ha acabado levemente entrampada a causa de su falta de matices.
Y es que si en el mencionado disco de 2015 la inglesa le abalanzó sobre un abanico sonoro tan amplio como sorprendente y que en su crudeza coqueteó directamente con las guitarras, en esta ocasión ha optado por un conjunto de canciones desnudas, cargadas de intimidad y que musicalmente apuestan por una linea más opaca que intencionadamente escapa de la intensidad característica de la vocalista. High as hope es por tanto un disco tan bello como cualquiera de sus antecesores pero que, sin embargo, tiende a fallar a causa de su monotonía.
El álbum comienza muy bien eso si, la delicada declaración romántica que es 'June' se complementa de buena forma primero por 'Hunger', la única del disco que conecta con la intensidad interpretativa característica de Florence y que cuenta además con una potente letra que aborda sus fantasmas de juventud, y luego con el medio tiempo 'South London forever', el cual se sostendrá sobre percusiones, violines y juegos vocales. 'Big god' será el primer tema que pecará de cierta ausencia de matices aunque lo perdonamos gracias a la llegada de 'Sky full of song', una pieza muy sutil pero que funciona dentro de su simpleza. A partir de acá, sin embargo, el álbum abusará de delicadas baladas interpretadas sobre un piano que no logran explotar como corresponde ('Grace' o '100 years' son claros ejemplos) mientras que 'Patricia' en su intento por elevar las revoluciones no consigue engancharnos como quisiéramos. Para el cierre dos profundas baladas como 'The end of love' + 'No choir', que no están mal pero redundan demasiado sobre la misma tecla.
Individualmente podríamos con seguridad afirmar que High as hope no contiene canción mala pero de igual manera como conjunto cansa debido a su repetitivo andar. El disco es bonito, por momentos crudo, pero no demasiado más y ciertamente palidece frente a cualquiera de los tres primeros álbumes de la vocalista. Cabe destacar de todas formas la siempre presente audacia de Florence y su insistencia en "no darle el gusto" a quienes esperan un regreso a sus inicios en el pop. Esta mujer es de verdad y aquello hay que agradecerlo.
6,5 /10
Cumple y algo más...
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