Se cierra la trilogía. Aquella secuencia que se inicio en 2016 con la edición de Not the actual events y fue perdiendo amabilidad con la aparición un año más tarde con Add violence llega a su fin con la entrega más impenetrable de todas: Bad witch. Y es que si los dos cortos anteriores habían dado muestras de un Trent Reznor mucho más desatado que aquel que oímos en álbumes como Hesitation marks (2013) o incluso With teeth (2005), en este nuevo lanzamiento percibimos a un vocalista decididamente desafiante con el auditor y dispuesto a trabajar su sonido en absoluta libertad.
Desde su violenta partida a cargo de la dupla 'Shit mirror' + 'Ahead of ourselves', donde primero aborda el tópico del renacer personal para luego entregar una pesimista visión de nuestra sociedad, Reznor pretende impactar con estructuras directas empapadas de guitarras sucias y un exquisito sonido industrial cubierto por densas capas en la producción que tornan en extremo disfrutable la experiencia. La partida impacta, hay que decirlo, sin embargo el viaje no llegará hasta acá, de hecho, apenas comienza.
Es así como el instrumental 'Play the goddammed part' dará inicio a una sección más experimental que incluso cuenta con saxofones en su intermedio, la cual se complementará con la soberbia 'God break down the door', que por momentos recuerda los golpeteos característicos de The prodigy y a ratos evoca al gran David Bowie (particularmente el tema me ha traído el recuerdo de 'I can't give everything' que cerró el soberbio Blackstar). En el cierre, la oscuridad se tomará el álbum con la aparición de 'I'm not from this world' para retomar luego las maquinitas en 'Over and out', que de la mano de un soberbio bajo irá marcando el paso de una hipnótica estructura.
Es así como el instrumental 'Play the goddammed part' dará inicio a una sección más experimental que incluso cuenta con saxofones en su intermedio, la cual se complementará con la soberbia 'God break down the door', que por momentos recuerda los golpeteos característicos de The prodigy y a ratos evoca al gran David Bowie (particularmente el tema me ha traído el recuerdo de 'I can't give everything' que cerró el soberbio Blackstar). En el cierre, la oscuridad se tomará el álbum con la aparición de 'I'm not from this world' para retomar luego las maquinitas en 'Over and out', que de la mano de un soberbio bajo irá marcando el paso de una hipnótica estructura.
Ciertamente el tiempo no le ha hecho justicia a Nine inch nails y a su legado. Poco ha ayudado en este sentido la sobre exposición de Reznor y el desarrollo de una irregular obra, sin embargo, Bad witch ha llegado para entregar señales de una libertad creativa que ilusiona...
8/10
Excelente.
Otras reseñas de Nine inch nails:
2017 // Add violence
2016 // Not the actual events
2013 // Hesitation marks
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