jueves, 4 de enero de 2018

Morbid Angel : Kingdoms Disdained (2017)

"Ordenando la casa..."

Si la primera década del Siglo XXI tuvo a St.Anger de Metallica como principal representante en la categoría "discos despreciados", la segunda quedará marcada por la edición de Illud divinus insanus, el despropósito metal/industrial (o quien sabe que cosa trataron de hacer) que en 2011 marcó el regreso (y despedida) del histórico David Vincent a la formación de Morbid Angel y que de paso se anotó como uno de los experimentos fallidos más denostados en el último tiempo dentro del mundo del metal. Seis años han pasado desde aquel extraño trabajo, el cual incluso ha sido retirado de plataformas virtuales tipo spotify y que acabó por dividir a Morbid angel en dos proyectos paralelos (el oficial y uno alternativo que Vincent ha titulado I am morbid), y bueno, tocaba ya que Trey Azagthoth ordenara la casa, lo cual ha ocurrió en 2017 con la llegada de Kingdoms disdained.

Secundado principalmente por Steve Tucker (quien regresa a la banda en bajo y voz tras más de una década de alejamiento), el guitarrista ha trabajado el álbum que todo seguidor de Morbid angel esperaba oír. Acá no hay sorpresas, lo cual en esta ocasión se agradece. Estamos frente a un álbum de death clásico, muy directo, ejecutado con precisión, que cuenta con una producción moderna y que llega claramente para colocar las cosas en su lugar. 

A destacar ciertos pasajes instrumentales interesantes que muestra el álbum y que de cierta forma lo sacan a este de la monotonía en que por momentos tiende a caer, el doble pedal que va marcando a 'Architect and iconoclast', el exquisito bajo que se oye en 'Paradigms warped', la aceleración que se vive en 'The pillars crumbling' o la oscuridad de 'Declaring new law (Secret hell)' , todos momentos que se viven en el nudo del disco y que lo vuelven atractivo, aunque la generalidad es el lugar común, sobretodo en la partida del álbum, donde honestamente cuesta reconocer o recordar temas en particular. 

Con todo, el trabajo retoma la violencia y el sonido tradicional de Morbid angel. No será recordado seguramente entre sus álbumes gloriosos pero si me parece que estamos frente a un disco del nivel mínimo que se le pide a una leyenda de este tipo. 

3.0 // Bueno, cumple.

Otras reseñas de Morbid angel:
2011 // Illud divinus insanus

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