"Exceso de manos que no suplen la carencia de ideas..."
Hay dos maneras de encarar el nuevo álbum de una vieja gloria: desde la complacencia o la exigencia. Nos conformamos "con lo que hay" y agradecemos de paso el que aún existan en activo o realizamos la crítica despiadada al constatar lo poco que queda de aquella banda que alguna vez remeció el planeta con nobles armas. Y bueno, el caso de U2 encaja a la perfección en dicho dilema. No es secreto para nadie de que desde 2000 a la fecha los irlandeses vienen patinando, aunque de igual forma cabe mencionar el que, sea como sea, se las han arreglado para incluso en sus momentos más mediocres (How to dismantle an atomic bomb, 2004) entregarnos dos o tres gemas que lograron hacer el momento más llevadero. De hecho, su más reciente entrega, Songs of innocence (2014) estuvo muy bien, con un concepto claro que nos retraía a la infancia y juventud de la banda, además de un puñado de canciones más que dignas ('Iris' o 'Cedarwood road', claros ejemplos de que el fuego inolvidable seguía ahí). No podemos, sin embargo, afirmar lo mismo respecto a Songs of experience, un álbum que lejos de sentar bases respecto al presente de los irlandeses se muestra confuso, sembrando más que certezas e incluso por momentos llevándonos a la inevitable pregunta: ¿Donde diablos está la experiencia?
Nos encontramos entonces frente a un álbum que dispara en múltiples direcciones, esperando (supongo!) con alguna de ellas acertar. De hecho, las primera parte del disco, en materia de arreglos y estilos, no poseen conexión alguna. Abren, por ejemplo, con 'Love is all we have left', una oscura introducción digna de los gloriosos tiempos de Zooropa (1993) donde Bono recita filtrado en un auto tune exagerado (muy a la moda claro está) pero que no molesta dada la atmósfera lúgubre y adictiva que encuentra, para luego abordar el rock en acústico mediante 'Lights of home', donde oímos al vocalista reflexionar respecto a la mortalidad inspirado en un acontecimiento ocurrido a fines de 2016 que, en sus palabras, modificó en parte las direcciones de este Songs of experience. Ojalá dicha reflexión hubiese sido más profunda aún ya que 'Lights of home', pese a que no conecta musicalmente en absolutamente nada con 'Love is all we have left', debe ser la mejor pieza de todo el álbum. Ahora, si con el puntapié inicial el asunto mostraba un hilo conductor confuso, es con la aparición de 'You're the best thing about me' + 'Get on your own way' donde el disco definitivamente se va hacia cualquier parte. Aparece acá el U2 meloso y que se muestra desesperado por encontrar fórmulas comerciales a como de lugar. La primera, sin embargo, funciona pero la segunda (que cuenta además con un auto plagio descarado a la partida de 'Beautiful day') es irrisoria e irrelevante.
Entrando en el nudo del álbum el asunto no repuntará. En 'American soul' se lanzan sobre un rock inofensivo, además de mostrar un burdo discurso de admiración por la cultura norteamericana, y la sosa balada 'Summer of love' tampoco aporta demasiado. ¿El problema? No hay filo en estos temas, juegan a la segura con arreglos tímidos y un The edge por cierto que nunca sonó tan imperceptible como acá. Posteriormente intentarán emular sus inicios con el sonido limpio y esos coros que recuerdan los tiempos de War (1983) en 'Red flag day' para luego entregar un simpático (que de ahí no pasa) medio tiempo acústico titulado 'The showman (little more better',' llegando así a 'The little things that give you away', que pretende ser el plato fuerte de la segunda parte del álbum pero que en lo personal me ha parecido un patético intento por emular un 'Fix you' de Coldplay (quien lo diría, el maestro imitando al aprendiz, para no creerlo). Por cierto, no sería nada el que intentasen imitar una fórmula si lo hiciesen bien, pero el tema no acaba por funcionar por lo que tras la pirueta no han hecho sino quedar en evidencia.
Donde si me parece el álbum logra repuntar es llegando a la recta final. Suena 'Landlady', una donde si han encontrado (¡que ya era hora!) una estructura sencilla pero que conecta de manera muy emocional arreglos, atmósfera e interpretación. También funciona 'The blackout', que realiza guiños (y ya van...) en su partida a esa vieja gloria que fue 'Even better than the real thing' pero que se disculpan gracias a que el tema cuenta con gancho suficiente como para convencer, y 'Love is bigger than anything in its way' , que con su potencia interpretativa debió ser (me parece) el cierre del álbum en lugar de '13 (There is a light)', que además de ser un refrito de 'Song for someone' (que aparecía en Songs of innocence) parece una cara B más que otra cosa. Por cierto, cabe acá el comentario de que en la versión de lujo del disco aparece un tema llamado 'Book of your heart' que incomprensiblemente han dejado afuera siendo superior a gran parte de lo que efectivamente incluyeron. Una muestra más de lo confundidos que van...
En definitiva, uno que otro momento agradable, un par de retazos que ilusionan pero que únicamente nos dejan ahí, en la ilusión. El disco es irregular, evidencia el exceso de productores que han estado sobre el proceso creativo (con Ryan Tedder como principal mano eso si) y me parece abusa descaradamente del auto plagio, quedando pequeño en comparación con lo que fue Songs of innocence, que resultó finalmente un trabajo con mayor conexión y claridad individual que este.
5/10
Nada muy especial...
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