¡Al fin!
El misticismo que en Chile ha generado el nombre de Electrodomesticos me parece muy propio de aquellas bandas que duraron poco. La banda liderada por el siempre singular Carlos Cabezas editó solo dos discos durante los ochentas pero estos bastaron para marcar un camino dentro de lo que fueron las corrientes alternativas de ese entonces y dejar de paso el mito instalado, muchas bandas de hecho los han citado como principal influencia (un ejemplo: Lucybell) . A partir de la separación (en 1992) Carlos Cabezas se dedicó durante años a vivir del nombre, colaboraciones varias, uno que otro disco en solitario (siendo El resplandor de 1997 su obra más destacada) y la eterna promesa del regreso de su banda madre. Finalmente en 2004 Electrodomésticos volvió de la mano de La nueva canción chilena, un álbum cargado a la experimentación, material muy "intelectual" pero que básicamente resumía ideas de distintos períodos de la banda por lo que como conjunto pareció no fluir de manera adecuada y sonar más bien a mera masturbación. El caso es que en este 2013, a nueve años de aquel fallido regreso me parece que Se caiga el cielo transmite la sensación de ser el verdadero regreso de Electrodomésticos a la escena... ¡Al fin!
Efectivamente, en este cuarto álbum de la banda se percibe una composición coherente y que funciona como continuo. En este sentido el disco nunca se empantana, lo cual se agradece. Los ambientes son intensos y aquello se aprecia desde la partida a cargo de "Se caiga el cielo" (la canción), con muchos juegos vocales, guitarras y baterías electrónicas que motivan a seguir escuchando. En una línea similar, donde la dinámica acelera y contagia se moverán más adelante temazos como "Fe de carbón" (de lo mejor del disco) o las inquietas/robóticas "Solo nombrar" , "Malvados" (donde recurren a la electrónica como elemento clave) o "La muerte que te vio nacer" (otro momentazo del álbum). Por cierto: el trabajo en baterías de Edita Rojas es exquisito en cada uno de esto temas e incluso me atrevería a decir que parte importante del atractivo sonido que posee el álbum es debido a su labor.
En otra arista del álbum se encontrarán medios tiempos y baladas donde la banda abraza atmósferas en ocasiones hipnóticas ('Corazón'), industriales ('No me digas') o íntimas, destacando cosas como "Detrás del alma", "Donde sueñas", "No me digas" o "Besar adios". En general, como mencionaba anteriormente, el disco es diverso, interesante y funciona. Los tipos se han concentrado en equilibrar la experimentación con componer grandes canciones y vaya que lo han logrado. Probablemente este sea el mejor disco chileno de este 2013, un álbum que siento que llega para reivindicar a Electrodomésticos y sobretodo la figura de Carlos Cabezas, un tipo que sin este disco me tendía a parecer tremendamente sobre valorado...
8,5 / 10
¡Excelente!
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