A tres años del decepcionante On the rock (2010) tal parece que Calamaro sintió el golpe, por lo que este 2013 lo tenemos de regreso con un sólido trabajo que no pretende inventar nada nuevo y juega a la segura trayendo de vuelta lo que mejor el hombre sabe hacer: cantar desde el trasnoche y la experiencia del derrotado. De esta manera el cantautor recupera el verso que desde hace muchos años no desarrollaba de manera tan convincente. Seamos claros eso si, este nuevo disco no posee la extraordinaria crudeza de Honestidad brutal (1999), la valentía de El salmón (2000) o la variedad sonora de La lengua popular (2007) pero dejando las odiosas comparaciones de lado, Bohemio logra transmitir sensaciones y con aquello nos damos por pagados.
Desde sus primeros acordes Bohemio se plantea como un álbum honesto y desnudo. En tono de agradecimiento abre la acústica balada "Belgrano" y de inmediato presentimos por donde van los tiros. Mucha sinceridad, excelentes letras y un constante tono reflexivo serán el común denominador a lo largo del disco. Del desencanto a la esperanza, de la mirada nostálgica hacia el pasado a la resignación frente a la muerte y así, el álbum es un constante ida y vuelta con el que resulta imposible no enganchar. Insisto, es el Calamaro de siempre aunque esta vez lo percibimos mucho más contenido que en otras ocasiones, como si el tipo se hubiese propuesto el componer un buen disco de pop, sencillo y efectivo pero que al mismo tiempo mantuviese intacta la esencia del artista.
Hablando de las canciones, nos encontramos con la vocación melódica y comercial en "Cuando no estás" (una especie de "Te quiero igual" actualizada) , en los coros de "Rehenes" o en las guitarras de "Inexplicable" mientras que la intimidad, melancolía y la mirada hacia el interior llega con las excelentes "Tantas veces", "Bohemio" (la canción) o "Nacimos para correr". El disco vive buenos momentos en gran parte de sus escasos 35 minutos de duración , sin embargo, de igual forma se siente algo débil para el final, a las dos últimas ("Dentro de una canción" y "Doce pasos" ) les falta fuerza dejándonos una sensación de salida algo amarga, como si al disco le hubiese faltado un buen remate.
Mirando el vaso medio lleno habría que afirmar que Bohemio funciona, conecta con quien oye y seguramente será una grata experiencia para quienes siguen al buen Andrés, ahora, siendo un poco más exigente podría criticarse la excesiva simpleza que posee el álbum. De todas maneras siempre viene bien tener de regreso en buena forma a un grande...
7/10
Muy bueno.
quizá sea una mirada complaciente... escuché solo Belgrano y este youtube de la entrada y su música se hizo mas básica que de costumbre... temas "calesita", empiezan y terminan igual, sin matices...
ResponderEliminarno es de malo, es la sensación que me dejan sus últimos discos...
Si, tu sensación es acertada. El disco es lo más sencillo y predecible que ha realizado en años. Las letras funcionan muy bien y en general hay buenos puentes y coros por lo que el álbum se disfruta, pero en lo musical es muy básico. El tipo jugó a la segura, quiso trabajar un disco ganchero y no le dio mucha vuelta a las estructuras ni a los arreglos. En los discos anteriores había mucho más trabajo e intención siento yo.
ResponderEliminarSaludos!