Víctimas de su propia audacia
No vamos a descubrir hoy lo inclasificable que resulta ser Arcade Fire, una banda de la que normalmente no se sabe bien que esperar. Debutaron en grande con Funeral (2004) , el cual de acuerdo a mi opinión debe ser junto con In rainbows (2007) de Radiohead el mejor disco de la década pasada, pero a partir de ahí los tipos jamás se han estancado, para bien y para mal. Algunos habrán disfrutado más o menos con sus siguientes discos (Neon bible/2007 y The suburbs/2010) pero nadie puede desconocer el que Arcade fire es una de esas agrupaciones que trabaja sin concesiones y funciona bajo sus propios moldes. De ahí que el bicho raro que nos acaban de entregar como nuevo disco no debería sorprendernos en absoluto, lo tomamos o lo dejamos, pero Arcade fire no compone pensando en el que dirán, asunto que esta vez se ha visto expuesto al máximo.
Y bueno, con Reflektor me parece que han terminado siendo víctimas de su propia audacia. Es un disco doble que no daba para tal, un álbum que con 15 minutos menos habría resultado fantástico, con 3 o 4 canciones menos habría sido candidato claro a disco del año pero lamentablemente no ha sido así, los tipos han decidido lanzar todo a la parrilla y han terminado saturando un trabajo que durante su primera mitad se percibía como fabuloso.
Ya conocíamos desde hace un tiempo "Reflektor" (la canción), un tema increíble. Un single de 7 minutos cargado al baile, con teclados, guitarras, vientos e incluso un David Bowie metiendo lineas por ahí, simplemente perfecto. El disco abre con ella y continua con la excelente "We exist", más cargada al rock y muy efectiva en su mensaje directo contra la exclusión de minorías sexuales ("Ellos están de rodillas rezando / Rogando por favor que no existamos / Pero existimos..."). Hasta acá, todo impecable, sin embargo, un giro brusco (y primera señal de que algo acá no anda bien) llegará cuando sonidos tropicales se tomen el álbum mediante la dupla "Flashbub eyes" + "Here comes the night time", una pasada excesiva por donde se mire y que quizás, solo quizás, como experimento puede que le alcance para funcionar. Por esto mismo, viene muy bien el que tras estas suene algo más tradicional como "Normal person" + "You already know", ambas son puro rock, la primera eléctrica y dinámica, la segunda más acústica pero las dos dejan al álbum bien parado. Finalmente, la primera parte cierra con los cambiantes ambientes de "Joan of arc", otro notable momento donde la banda sabe jugar con los tiempos, cerrando así treinta y cinco minutos de música donde, más allá de algunos reproches, Arcade fire continúan mostrándose fieles a si mismo, con hambre creativa y alcanzando más de algún momento realmente brillante. El problema vendrá de aquí en adelante...
La segunda parte del disco abre con "Here comes the night time II", dos minutos que aportan bastante poco pero que se entienden como una especie de introducción para lo que sonará a continuación: los excesos. "Awful sound" , "It's never over" y "Porno" deben ser los 18 minutos más eternos y desesperantes que he vivido en largo tiempo. Eterno, no hay otro término que defina mejor este pasaje del álbum. Lento, espeso, monótono, los tipos se masturban frente a nosotros y pretenden que a aquello le llamemos arte. Del final del disco a cargo de "Supersymmetry" ni hablar, otro chiste de mal gusto. El letargo en el que cae esta segunda parte del álbum solo es interrumpido por esa maravilla cargada synth pop que es "Afterlife" (donde la dupla Win Butler + Regine Chassagne luce como nunca en el disco), el exclusivo momento de lucidez que acá se presenta y el único oasis en el desierto que logra conectar de manera coherente con la primera parte del disco. Lamentablemente seis minutos no alcanzan para rescatar treinta por lo que el disco finaliza dejándonos una extraña sensación, como cuando algo se arruina de un momento a otro sin que lo vieses venir.
No se puede calificar un disco por lo que pudo haber sido. Reflektor es un disco doble, con doce piezas de las cuales tres o cuatro son fantásticas, un par cumple y cinco son un experimento imposible de llevar y disfrutar, todos estos concentradas además hacia el final del álbum por lo que el viaje resulta incompleto. Sin embargo, con Arcade fire no hay derecho a queja, tal como dije en un comienzo, los tipos en este álbum siguen siendo lo que siempre han sido, solo que esta vez la jugada no ha cuajado.
¿Canciones? 'Reflektor', 'We exist', 'Afterlife'.
5,9 /10
Irregular.
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