En plena batalla por sobrevivir nos encontramos a Interpol, una lucha donde otros compañeros de generación ya han caído ( Strokes, Franz Ferdinand y cuantos más que paso a paso se acercan a la absoluta intrascendencia) y donde, a excepción de Arctic monkeys, cuesta encontrar una banda de guitarras que haya logrado perdurar más allá del impacto de uno o dos álbumes iniciales (The horrors o Foals quizás son dos que aún muestran hambre por sorprender).
El caso es que tras un valiente (pero fallido) intento por innovar en 2010 la banda continúa deambulado en el limbo, como quien busca inspiración en medio del bosque. El punto común de inicio siempre son las guitarras, punzantes y directas, aunque en esta ocasión, a diferencia de lo entregado en El pintor (2014), llegan a nosotros mediante una producción un tanto más sucia, la cual desde la partida llama la atención. Ahora, a partir de ahí la banda logra en esta ocasión desenfundar dos de los singles más potentes que han encontrado en años: la seductora 'If you really love nothing' y la convincente 'The rover', dos temas absolutamente inapelables y de los buenos ganchos que habremos recibido en este 2018. Funcionará de igual manera toda la primera parte del álbum, ahí el medio tiempo 'Complications' convencerá mientras que 'Flight of fancy' gana bastante en intensidad gracias a ese solo final, muy bien ahí, para cerrar esta sección con la exploratoria 'Stay in touch'. En la segunda mitad, sin embargo, pareciese ser que el disco (una vez más) se ha quedado con poco que decir, redundando entre los guitarrazos de siempre con una que otra excepción. Ahí 'Number 10', por ejemplo, destaca por sobre el resto siento la única que en su estructura cambiante y golpeada consigue captar nuestra atención en medio de una seguidilla de temas que vuelve a dejar a la banda donde siempre.
El caso es que tras un valiente (pero fallido) intento por innovar en 2010 la banda continúa deambulado en el limbo, como quien busca inspiración en medio del bosque. El punto común de inicio siempre son las guitarras, punzantes y directas, aunque en esta ocasión, a diferencia de lo entregado en El pintor (2014), llegan a nosotros mediante una producción un tanto más sucia, la cual desde la partida llama la atención. Ahora, a partir de ahí la banda logra en esta ocasión desenfundar dos de los singles más potentes que han encontrado en años: la seductora 'If you really love nothing' y la convincente 'The rover', dos temas absolutamente inapelables y de los buenos ganchos que habremos recibido en este 2018. Funcionará de igual manera toda la primera parte del álbum, ahí el medio tiempo 'Complications' convencerá mientras que 'Flight of fancy' gana bastante en intensidad gracias a ese solo final, muy bien ahí, para cerrar esta sección con la exploratoria 'Stay in touch'. En la segunda mitad, sin embargo, pareciese ser que el disco (una vez más) se ha quedado con poco que decir, redundando entre los guitarrazos de siempre con una que otra excepción. Ahí 'Number 10', por ejemplo, destaca por sobre el resto siento la única que en su estructura cambiante y golpeada consigue captar nuestra atención en medio de una seguidilla de temas que vuelve a dejar a la banda donde siempre.
No hay demasiadas sorpresas por tanto con Marauder, sexto álbum de una banda que si bien mejora la oferta respecto a su antecesor, continúa dando vueltas en círculo y parece sentirse (demasiado) cómoda en lo suyo: entregarnos dos o tres de ganchos convincentes sumado a un conjunto que en general funciona.
3.5 // Muy bueno! |
Otras reseñas de Interpol:
2014 // El pintor
2010 // Interpol
No hay comentarios:
Publicar un comentario