"Acertado instinto de supervivencia..."
Conscientes de la buena acogida que recibió su anterior entrega, el refrescante Big music (2014), los escoceses de Simple minds han optado por repetir la fórmula, entregándonos un trabajo que vuelve a sostener su sonido sobre bases programadas + múltiples capas de teclados y guitarras. El resultado en su global cumple y logra mantener en buen pie a una banda que a estas alturas del partido poco tiene por demostrar pero que continúa arreglándoselas para sostener el presente con dignidad y frescura.
Pruebas de lo mencionado hay varias, la primera está en la partida que cuenta con dos ganchos incontestables: 'Magic' y 'Summer', temas potentes que logran encontrar un grato equilibrio entre arreglos modernos y una estructura contagiosa. Ciertamente el disco no se apartará de esta tendencia sonora durante sus 50 minutos de duración, aveces se centrará en los ambientes, como es el caso de la susurrada 'Utopia' (le está faltando algo de fuerza en las interpretaciones a Jim Kerr, que el tiempo no pasa en vano), otras veces pondrá en primer plano a los murallones de arreglos, ahí 'The signal and the noise' se lucirá, en 'In dreams' insistirá sobre el coro pop o en 'Barrowland star' entragará protagonismo a las guitarras.
Durante su segunda mitad el álbum no variará fórmulas, desarrollando un buen coro en 'Walk between worlds' (la canción), emulando el clásico fraseo de 'Alive and kicking' en 'Sense of discovery', danzando sobre teclados en 'Silent kiss' y volviendo a las guitarras en 'Angel underneath my skin', otra donde los arreglos tapan la voz de Jim Kerr, lo cual me parece resta aunque no lo suficiente como no valorar el presente de unos Simple minds que en silencio continúan sobreviviendo con armas propias y disco a disco revitalizando su legado.
3.5 // Muy bueno! |
Otras reseñas de Simple minds:
2014 // Big music
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