¿Recuerdan a Christina , no? ¿Y sus subterráneos? ¿'Mil pedazos', 'Tu por mi', 'Pálido'? Pues es largo el camino de reafirmación que la española ha debido construir desde los tiempos de aquellos hitazos noventeros. Un viaje donde ha debido lidiar con un constante menosprecio por su obra, ya sea por ser bonita, rubia, delgada y/o mujer, el caso es que acá la tenemos con el que debe ser su álbum más sofisticado en quince años, uno donde claramente ha decidido mantener distancia con aquella niña que "jugaba a ser mala" para ser una adulta de una vez por todas. Parece así haberse hartado de escribir acerca de fantasías de amor, de su corazón roto y cuentos de hadas, para asumir de una buena vez de que se tratan las relaciones y cantar acerca sobre aquello. Christina Rosenvinge sigue así narrando historias acerca de hombres, sin embargo la mirada ahora es otra, hoy asume la realidad y no la disfraza, admite que aveces quiere amor, cariño, otras veces no. Aveces quiere sexo, a veces es infiel, a veces es "la otra" y en ocasiones está harta de todo (y todos los "reptiles"). Muy humano ¿no?.
Abre de esta manera en grande con una acústica 'La distancia adecuada' relatando una historia que no puede ser más clásica pero no por eso poco recurrente: el ser utilizada y querer salir de ahí ("Esa señorita que rima conmigo y que te ronda siempre al rededor / Es tu favorita, y te gusta más que mi canción..."). En "Eclipse" está cansada de esperarlo y confiar en sus promesas, en "Tu boca" es amante de un hombre que dentro de poco contraerá matrimonio ("Iría hasta el mismo infierno, por medio minuto más..."). Y así, las historias fluyen con total naturalidad y maravillan por su brutal franqueza.
En "Negro cinturón" tiene un "amigo con ventaja" y admite pasarla bien con él (incluso lo quiere bastante), nuevamente en "Animales vertebrados" es amante de un tipo, sólo que esta vez es ella quien posee el control de la relación y es él quien se está enamorando. Y así, Christina ya no es la niña que se ilusiona con un beso y sueña con un príncipe azul para luego andar cortándose las venas a causa de la decepción. Christina no es la mujer que vive con el traje de bodas en la cartera y suena con un matrimonio perfecto. No. Ella es la mujer soltera e independiente a los 30. Una mujer que ha abierto los ojos, decidiendo no escribir más en posición de víctima y simplemente asumir las situaciones con franqueza e incluso en ocasiones ser "la villana de la historia" para cantar desde aquella posición.
"La luna se ha puesto roja. Hay llamas en el altar.
Los obispos se santiguan, me van a excomulgar.
Y todo por este beso. Que es la única verdad
Iría hasta el mismo infierno por medio minuto más..."
"Nunca para ti es quizás. Yo no me equivocaba.
La desazón se va a llevar en esta temporada.
Tal vez no debí dejar que jugaras con mi falda.
Que difícil es guardar la distancia adecuada..."
"Dices que me querrás.
Tocas tu corazón. Dices que me lo das.
Aún no se si eres tú.
El que viene hacia mi entre la multitud..."
Musicalmente estamos frente a un disco sencillo que por momentos se dispara y se torna bastante oscuro. Conviven acá la ternura de las acústicas "La distancia adecuada" o"Nadie como tú" con el sombrío sonido de "Eclipse" o "Las horas" y el rock and roll más clásico de "Tu boca" o "Tres minutos". El disco es dinámico y en ningún momento cansa. Si a esto le sumas las temáticas y letras mencionadas con anterioridad, estamos frente a un álbum interesante de comienzo a fin. Definitivamente el álbum con el que debería comenzar a acabar el (injusto) menosprecio hacia la española.
7/10
Muy bueno.
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