"Referencia obligada dentro del metal actual..."
En dicho sentido, lo interesante en Abigail Williams es su capacidad para en medio de un sonido absolutamente libre y caótico instalar canciones donde todo parece estar pensado al detalle. Cada riff, cada aparición de teclados, cada blast beat de batería, todo tiene un sentido y responde a una marcada intencionalidad. Sorceson no deja nada al azar jugando a placer con las estructuras y emociones que desea transmitir en sus canciones, obligando al auditor a una escucha detallada pues esto NO ES música para dejar sonando mientras cocinas o haces aseo, esto es música que requiere inmersión y complicidad, si no, no hay manera de conectar. Sin ir demasiado lejos, la mera portada (obra del mítico artista Eliran Kantor) con esa imagen en donde la muerte se ha transformado en un frío espectáculo carente de empatía anticipa la complejidad de un álbum oscuro, profundo y tremendamente coherente.
Yendo a la música propiamente tal podríamos afirmar que el álbum se encuentra dividido en dos caras, una primera más "directa" compuesta por canciones que rondan los cuatro a cinco minutos y una segunda en donde el abanico creativo se desata. En ese camino el disco abre con la excelente 'Life, disconnected' que es básicamente tema dividido en tres secciones: un comienzo instrumental marcado por un riff cercano al death metal, un segmento intermedio donde aparece el terrorífico relato de Sorceron y un cierre que derechamente se pasa al black atmosférico reiterando por un par de minutos una determinada estructura melódica. Este último recurso mencionado (lo de repetir una secuencia hacia el cierre de la canción) volverá a aparecer en la violenta 'Void within' mientras que 'Still nights' será un desate caótico de comienzo a fin (las dos son derechamente black puro y duro). Entre ambas la Cara A del álbum se consolidará con la interesante 'Nonexistence', la cual funcionará como una sucesión de olas que se van formando y reventando, yendo desde la calma hasta el desate una y otra vez.
Por otro lado, la segunda parte del disco está compuesto por tres piezas de siete, ocho y nueve minutos de duración respectivamente, 'Talk to your sleep' jugará a placer con las intensidades incorporando riffs y alaridos en medio de una estructura que tiende hacia la tranquilidad, esto a diferencia de 'Embrace the chasm' que derechamente regala dosis de black progresivo sobre una dinámica siempre agresiva. Finalmente la nota curiosa llegará en el cierre del álbum cuando 'No less than death' entregue el momento más melancólico en todo el álbum haciendo uso (por única vez) de voces y arreglos limpios que irán lentamente ganando fuerza durante un exquisito viaje de más de nueve minutos.
Ken Sorceron lo ha vuelto a hacer. Si en 2019 fue capaz de entregar el disco del año para quien escribe, en este 2015 se ha sabido rodear de un conjunto de músicos de tremendo nivel para nuevamente anotarse con una joya de proporciones y referencia obligada dentro del metal actual, siete canciones que durante cuarenta y cinco minutos abrazan un sonido tan violento como oscuro e incluso aterrador, esto enmarcado en piezas ejecutadas y producidas de manera impecable, sin segundo de relleno o desperdicio. Pues lo dicho, un éxtasis de disco.
¿Canciones? 'Life, disconnected', 'Talk to your sleep' y 'No less than death'.
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