"Rendidos..."
En la primera categoría cabría destacar aquellas que, gusten más o menos, han propuesto algo "diferente", como ocurre en 'One' (ese góspel que meten al 2:48 en el "Love is a temple..." les ha quedado precioso), 'Where the streets have no names' (lástima el no aprovechar la ocasión para revitalizar la estructura original), 'The fly', 'Miracle drug' (atractivo lo de las percusiones) o en las acústicas 'Stories for boys', '11 o'clock tick tock' o 'Two hearts beat as one', mientras que en cosas como 'Dirty day' o 'With or without you' lo han intentado, con resultados no tan memorables... pero lo han intentado.
¿Y el resto? Pues lo dicho, reciclaje de arreglos (en 'Red hill mining town' utilizan los vientos que presentaron para la gira de los 30 años de Joshua Tree en 2018, por ejemplo, mientras que 'Every breaking wave' no es otra cosa que la versión desnuda que Edge + Bono siempre interpretaron en conciertos) + versiones acústicas (o al piano) que respetan las estructuras originales, algunas funcionan (más que nada porque hablamos de temazos que se cantan solos) como 'Until the end of the world' o 'Who's gonna ride your wild horses', otras te dejan indiferente al aportar nada nuevo ('Song for someone', 'All I want is you', 'Sunday bloody sunday', 'Out of control', 'Stuck in a moment you can't get out of' o Stay') mientras que 'Bad', 'Walk on (¿qué carajos es esto de "versión Ucrania"), 'Desire' (¿alguien me podría explicar que aporta esta jugarreta ridícula a la carrera de U2? ) o 'Peace on earth' (con un flojísimo The Edge en las voces) son verdaderos asesinatos sin tino alguno.
Tema aparte es Paul Hewson (a.k.a Bono), quien está acá inmerso en una producción que le entrega bastante protagonismo a su voz (aviso: no escuchen 'Electrical storm' con audífonos, que el hombre te deja sordo), lo cual evidencia el daño inevitable causado por el paso del tiempo pero también la falta de auto crítica del vocalista. Lo que hace en 'Beautiful day', 'I still haven´t found what I'm looking for', 'Dirty day' o 'Every breaking wave' (ese agudo final, por favor...) roza lo indigno, cantando con total desgano y pereza.
Songs of surrender podría en algún momento haber sido una buena idea, de haberse trabajado con la seriedad que ameritaban estas canciones. Si hubiesen entregado un recorrido cronológico por su carrera mediante trece o quince canciones, todas trabajadas al detalle, podría haber funcionado. Sin embargo, la realidad es que presentan un cajón de desastres en donde entró de todo. El disco no es una re imaginación de sus canciones (aquello solo ocurre en contadas ocasiones) si no más bien una especie de álbum Unplugged poco prolijo. Si lo que buscaban era reflejar el real estado de U2 en 2023 mediante versiones casi improvisadas en el patio de la casa en plan fogata, pues bueno, han cumplido el objetivo. Los fans menos exigentes e incondicionales seguro considerarán esto como un regalo pero el resto solo lamentará ver el triste estado de una banda que alguna vez, más de veinte años atrás, fue absoluta y total vanguardia.
Este señor nos ha pasado por lo que no se menciona sin pensar nada.
ResponderEliminarEstá bien, no te gusta un disco.
Está bien, imagino tratar de digerir 40 canciones.
Ok, es fútil el ejercicio para cualquier artista de revisar su obra, la historia es fuerte
Ahora, lo otro, te puedo enviar tarjetas de cariños, jajjjajajjajajaj, relájate
😘😘😘