sábado, 19 de febrero de 2022

Wilderun: Epigone (2022)

 "Son realidad y hay que gozarlos..."

Durante la pasada década, y desde el más absoluto anonimato, los norteamericanos de Wilderun supieron construir un lento pero sostenido ascenso (su primer álbum data de 2012), llegando a nosotros en este 2022 con una propuesta que se encuentra ya bastante pulida y, digámoslo, consolidada. Epigone es su cuarto disco y este se siente como un trabajo que explota el pleno potencial de la banda, desarrollando un metal progresivo completamente centrado en las atmósferas pero que claramente busca alejarse de las etiquetas y encasillamientos obvios.  

Wilderun son jóvenes y de esos que efectivamente lo han entendido todo, por lo que adoptan elementos de diferentes lugares para armar su propuesta. Y lo hacen sin miedo, yendo tanto al metal como a sonidos acústicos cuando el momento así lo requiere. Sin ir muy lejos, el álbum abre con una pieza muy íntima como 'Exhaler', que en poco más de cuatro minutos desarrolla un relato emocional por parte de un Evan Anderson Berry que prácticamente susurra todo el tiempo mientras en lo musical hasta violines aparecen en algún momento. Todo muy bonito y que conectará en la misma línea con 'Woolgatherer', pero tras dos minutos aparecerá la primera explosión, cuidada sin embargo, no lo sueltan todo porque es evidente el deseo de ir ganando intensidad lentamente, de hecho, será en el segundo coro explosivo (3:40) cuando aparecerán los guturales por primera vez. En total la canción llegará a los catorce minutos de duración paseándose por una serie de diversos paisajes, algunos de calma y otros de total desate, en una evidente declaración de intenciones que anticipará por donde irán los tiros en el resto del disco. Demás está decir que la propuesta suena fenomenal. 

El resto del álbum se dividirá básicamente en tres segmentos. Sonarán 'Passenger' e 'Identifier', de nueve y once minutos respectivamente, en estas identificaremos momentos de grandilocuencia orquestal que recuerdan a Devin Townsend (aunque sin el barroquismo exagerado del genio canadiense) pero también contrastes más duros que muestran la influencia de Opeth. Como sea, son veinte minutos fascinantes, llenos de idas y vueltas progresivas, tras los cuales el disco perfectamente podría haber terminado. Sin embargo, hay más...

Los dos minutos instrumentales de 'Ambition', lejos de ser el fin del álbum están ahí más bien a modo de bisagra pues anticipan la verdadera recta final de Epigone: otros veinte minutos de una pieza titulada 'Distraction' (dividida en cuatro segmentos). Tampoco hay quejas respecto al viaje que la banda propone en esta segunda parte, mucho más tradicional en términos de estructuras y propuesta de metal progresivo, con melodías que se sostienen y reconocen pero que van incorporando elementos instrumentales y/o orquestales en cada sección. 

Por supuesto que Epigone es uno de esos álbumes donde el cliché "necesita tiempo" efectivamente aplica y quizás por eso lo han lanzado en enero, para que lo escuchemos sin tanta cosa encima, con tranquilidad. Por si fuese poco, como bonus nos han regalado una (notable) versión de 'Everything in its right place' de Radiohead que logra interpretar el alma de esta fascinante canción (¡que grande los ingleses! No deja de ser increíble verificar hasta que rincones han llegado tras tantos años), en otra clara declaración de que las influencias de la banda no conocen de límites. 

Equilibrio entre emocionalidad y progresivo, Wilderun son realidad y hay que gozarlos como tal. Nos han entregado un disco que desde ya, por más temprano que parezca, es candidato a ser álbum del año. 

¿Canciones? 'Woolgatherer' y toda la pasada 'Distraction'

9/10
Brillante.

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