domingo, 18 de abril de 2021

The Antlers: Green To Gold (2021)

 "Escucha efectiva y respirar profundo..."

El tiempo pasa, más rápido de lo que quisiésemos, y lejos, muy lejos en el camino han comenzado a verse álbumes como Hospice (2009) y Burst apart (2011), ambos representantes del pico creativo de The antlers. El primero fue un álbum áspero y deprimente, arisco pero atrevido, mientras que el segundo abordó aristas más dulces y melosas, con coqueteos electrónicos incluidos. Aquel sonido fue confirmado en Familiars (2014) y desde entonces habían transcurrido largos siete años de silencio, período que ha llegado a su fin con la publicación de Green to gold, un trabajo que funciona en dirección completamente opuesta a lo que habríamos esperado de un "regreso" para la banda. Y es que dicho en simple: lo lógico era recibir un álbum dinámico, contagioso, que te re enganchase al sonido de The antlers, sin embargo, lejos de aquello, lo que ha llegado a nosotros es un disco que avanza a su tiempo, que se cuece a fuego bajo e invita al auditor a detenerse, a disfrutar de los detalles y matices que solo aparecerán si efectivamente este logra desconectarse de la vorágine para entregar espacio a la música.

Nos llega de esta un álbum tranquilo, otoñal, bonito y compuesto por diez canciones que transmiten paz absoluta en su andar. No encontramos singles ni piezas particularmente contagiosas por tanto en el conjunto si no más bien un continuo que se deja oír y que como banda sonora para un pensativo atardecer, sumado a una copa de vino, queda realmente perfecto. Difícil destacar alguna canción en especial pero si me apuran tendría que inclinarme por la sutileza del piano que suena en 'Stubborn man' o ese saxo exquisito que acompaña en 'It is what it is', sin embargo, el álbum funciona en su extensión, transmitiendo efectivamente la calma que pretende. 

En tiempos de vorágine se agradece el recibir un disco profundo, reflexivo y sensorial como Green to gold, un trabajo que apuesta por la escucha efectiva e invita a detener la marcha, sentarse y respirar profundo. No cabe duda de que el sexto disco de The antlers no será uno con el que la banda despegará en popularidad pero si uno que logrará conmover y entregar ese momento de calma necesario a quien sepa agradecerlo.

¿Canciones? 'Stubborn man', 'It is what it is' y 'Volunteer'. 

7,5 /10
¡Muy bueno!


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