“Por amor al arte...”
Que la tarea de Kadavar es cuesta arriba, aquello no es secreto. Y es que sinceremos el asunto: ¿quién en pleno 2020 querría escuchar un álbum de hard rock tan marcadamente retro? Sin embargo, pese a esa inevitable sensación de ser una banda que en cualquier momento patinará, lo de los alemanes no deja de ser meritorio: disco cada dos años desde 2012-13 y por lo general saliendo bien parados en lo suyo, esa fórmula setentera cargada de peso y psicodelia, la cual con For the dead travel fast ha vuelto a aparecer aunque no sin antes marcar ciertas diferencias respecto a su antecesor, aquel sólido Rough times (2017). Y es que si el mencionado funcionó al ser un disco directo, de golpes efectivos en el tema a tema, esta vez los alemanes han optado por trabajar en otra dirección, una más cargada hacia tétricos ambientes, donde las guitarras y estructuras se coordinan en función de las atmósferas que se han buscado generar, temas más extensos con un mal rollo evidente pero escapando de las fórmulas inmediatas.
El disco entrará en calor lentamente por tanto, mediante una intro de dos minutos que desembocará en los guitarrazos de ‘The devil’s master’, un relato oscuro y lúgubre que revela su magia (como todo el álbum de hecho) tras varias pasadas. Le seguirá ‘Evil forces’, que claramente busca entregarle velocidad al álbum pero olvídense de estructuras tradicionales, aquí el asunto disparará hacia cualquier lado sorprendiendo al auditor. De igual forma la pasada por ‘Children of the night’ + ‘Dancing with the dead’ entregará los diez minutos más psicodélicos de este, con un trabajo instrumental exquisito, marcado por sus atinadas pausas, aceleraciones y solos de guitarras llenos de sentido.
La cara B del disco dará continuidad a la misma tendencia, con temas veloces y cargados de fuerza como ‘Poison’ o ‘Demons in my mind’ pero que darán muestra de un ir y venir cambiante y lleno de dinámica para finalmente comenzar a cerrar el asunto con la oscuridad de ‘Saturnales’, un relato desnudo que se sostiene únicamente sobre una guitarra, y los casi ocho minutos de ‘Long forgotten song’, claramente la pieza más densa del disco y con la que Kadavar han querido darle cierta solemnidad al final del álbum.
For the dead travel fast no es ni será un disco sencillo de digerir. Su sonido está marcado por el peso y estructuras cambiantes, además, salvo pequeños momentos, no está pensado para enganchar a la primera con el oyente. Sin embargo, es también un trabajo fantástico y preciso, el mejor en la carrera de los alemanes, sólo nueve canciones para dar muestras del momento importante que vive la banda, donde los alemanes continúan haciendo lo que aman, siguiendo su propio ritmo pero dando pasos adelante dentro de sus esquemas.
7,8 / 8
¡Excelente!
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