“Desesperado intento por convencer...”
Ok. Vamos de vuelta, que el rock & roll me salvará una vez más...
Tras un comienzo de carrera auspicioso (recomiendo a todo quien no ubique a The Darkness se dirija de inmediato a sus dos primeros álbumes de 2003 y 2005) cargado de irreverencia y hard rock, los de Justin Hawkins vivieron un parón importante que recién en 2012 pudo quebrarse con la llegada de un correcto Hot cakes. Y desde ahí no han podido/sabido generar consensos, discos de uno que otro tema rescatable pero en general irregulares han marcado su paso durante esta década por lo que este Easter is cancelled (que ha ido al choque desde su portada) llega a nosotros con la responsabilidad de consagrar el camino de la banda. No lo logran, sin embargo, pese a que nos regalan un álbum marcado por su diversidad y que intenta meter mano a la experiencia que la banda ha adquirido durante todos estos años para abarcar así un grato abanico musical, aunque claro, constantemente huele a refrito.
Todo comienza de manera muy teatral con ‘Rock and roll deserves to die’, donde entre guitarras acústicas emerge Justin con su agudo imposible para dar paso a una sección de más peso, todo bien armado y cocido, así como también ocurre con la melódica pero contundente ‘How can I lose your love’, con seguridad el tema mejor construido del disco, aunque por momentos parece ser canción de Foo fighters, a ratos suena a Muse, a veces a Queen, y en ocasiones a todo eso revuelto. Ahora, si bien en sus primeras dos piezas el disco logra convencer, rápidamente comenzaremos a arquear la ceja con ‘Live ‘til I die’ + ‘Heart explodes’, dos canciones muy melosas que sin estar mal no alcanzan a llegar más allá del simpático coro para luego entrar de lleno a la sección declaradamente Queen/Muse del álbum: primero en tono balada con ‘Deck chair’ y luego en versión rock con ‘Easter is cancelled’ (con riff prestado ‘Tie your mother down’). A estas alturas, llegando al nudo del álbum, cabe mencionar que este si bien goza de buen ánimo no pasa la prueba a causa de su falta de identidad y ganchos relevantes.
No alcanzará tampoco con el buen humor de ‘Heavy metal lover’, que da demasiadas vueltas sobre el mismo estrofa/coro y mucho menos con ‘In another life’, calco del ‘Free fallin’ de Tom Petty. Será recién en la recta final del álbum cuando el rock simple pero efectivo de ‘Choke on it’ y las acústicas ‘We are the guitar man’ + ‘Laylow’ logren regalar un nuevo momento agradable y creativo, aunque este llega demasiado tarde como para recuperar a un disco que vuelve a dejar a The darkness lejos del consenso y a demasiada distancia de sus primeros álbumes, a los cuales tendremos que seguir recurriendo cuando queramos ir por un rock que, sin tomarse demasiado en serio, lograba sonar divertido y fresco.
5 / 10
Nada muy especial.
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