Está difícil componer música en la era del meme, tiempos en donde las canciones más que funcionar en un álbum deben hacerlo en un playlist. Sin embargo, existimos aún quienes nos revelamos frente a dicha inmediatez y oímos discos esperando poder vivenciar una experiencia durante cuarenta o cincuenta minutos. Y para nosotros, aún existen bandas como Suede. Benditos sean por ello. Los ingleses liderados por Brett Anderson han protagonizado uno de los regresos más interesantes (si es que no el más) dentro de toda la camada de bandas noventeras que durante estos últimos quince años decidieron volver, la mayoría de ellos sin absolutamente nada interesante que decir.
En ese sentido, The blue hour es el tercer álbum de Suede tras su vuelta casi diez años atrás. Antes de este obtuvimos un correcto Bloodsports (2012) y un intenso Night thoughts (2016), y si algunos creyeron que con este último habían tocado techo, cometieron un error: en este 2018 la experiencia ha sido mejorada con creces mediante un álbum tan oscuro como contundente. Un disco de aquellos que ya no se componen. Tal cual.
Basta oír la solemne entrada de 'As one' para advertir que esto viene en serio. Un desgarrado canto acompañado por una estructura creciente dan cuentas de un tema cargado de teatralidad y emoción. Más adelante esta tónica se sostendrá en una serie de pasadas trabajadas al detalle, ahí 'Mistress´ + 'Beyond the outskirts' (una maravilla de coro) o 'Chalk circles' + 'Cold hands' funcionan como una sola pieza, con transiciones casi imperceptibles para quien oye marcadas por un excelente trabajo de guitarras y ambientes. Entre estas 'Wastelands' y más adelante 'Don't be afraid if nobody loves you' funcionarán como lo más similar a un single que oiremos en el disco, digamos, algo que en otros tiempos habríamos oído en las radios, sin embargo, entrando en el nudo del álbum este volverá a retomar la contundencia mediante las notables 'Life is golden' (¿tenemos canción del año?) y 'Tides'.
En el cierre del álbum este se desatará entre arreglos orquestales, los cuales se habían insinuado sutilmente durante la primera mitad pero en la triada final compuesta por 'All the wild places' + 'The invisibles' + 'Flytipping' se abordan en pleno, cerrando así un álbum arriesgado y valiente, un disco desafiante que desborda talento y que desde ya se instala entre lo más destacado que habremos oído en este 2018 y por cierto, de lo mejor que Suede nos habrá dejado en su carrera.
8,2 /10
¡Excelente!
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