En este 2018 el debut discográfico de Soulfly cumple veinte años. Muy atrás en el tiempo han quedado los conflictos personales/familiares que provocaron la partida de Max Cavalera de Sepultura y derivaron en el inicio de este proyecto que a la fecha nos ha regalado once álbumes. Y si bien es correcto afirmar que durante estas dos décadas han existido momentos donde el mítico vocalista ha funcionado en claro piloto automático (Savages, 2013, claro ejemplo) también cabe mencionar el que cuesta encontrar dentro de la discografía de Soulfly un mal álbum y que los puntos altos no son pocos.
Y hablando de esta discografía, cierto es que Dark ages (2005) marcó un antes y un después para la banda. Aquel fue el último álbum que contuvo ciertos afanes exploratorios por parte de Max pero que a partir de Conquer (2008) se transformaron en una constante búsqueda de un sonido más cercano al death. Buenos álbumes hemos tenido desde entonces, de hecho, sin ir muy lejos las sensaciones que dejó Archangel (2015) fueron tremendamente positivas y optimistas, las cuales se han confirmado con la edición de Ritual, un fabuloso álbum de metal digno de los mejores tiempos de la banda. Diez canciones en cuarenta minutos de música, dosis justa y precisa para un álbum que no debería dejar insatisfecho a nadie que venga siguiendo de cerca la carrera de Soulfly.
La partida es categórica: 'Ritual' (la canción) conjuga de manera genial esos sonidos tribales que inevitablemente recuerdan al Roots de Sepultura con el groove característico de la banda. Un temazo imposible de no imaginar en vivo que además se ve complementado con la brutal 'Dead behind the eyes', marcando así unos enormes diez minutos iniciales para el álbum, los cuales verán continuidad en una pasada más tradicional en 'The summorning' + 'Evil empowered', marcada esta última por un constante doble pedal y un Cavalera que se deja la garganta. 'Under rapture' destaca por el buen juego a dos voces que propone y su velocidad, así como 'Demonized', otro tema dispuesto a no dejar títere con cabeza. En la recta final el disco no bajará el nivel, desenfundando una seguidilla muy directa y efectiva que cerrará con un precioso instrumental 'Soulfly XI', que esta vez ha añadido vientos a la tradicional ecuación (algo de la clásica 'Planet caravan' de Black Sabbath encontramos en el tema).
Y bueno, lo dicho, Ritual es un álbum preciso de exquisito death que encuentra durante su trayecto enormes momentos que dan muestra de un estado de inspiración no menor por parte de un Max Cavalera que parece haber encontrado en estos años el filo que por más de una década estuvo buscando. De lo bueno que habremos oído este año en materia de metal.
8/10
Excelente.
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