domingo, 6 de noviembre de 2016

Lady Gaga: Joanne (2016)

Se desmarca y avanza.  

Se veía venir. Desde hace un buen rato se apreciaba en los pasos de Lady Gaga la intención de, sino renegar, al menos desmarcarse del pop insustancial de sus inicios y de paso demostrar que musicalmente era capaz de llegar más allá de los dos o tres hits que consiguió años atrás (uno de ellos de la mano de un vergonzoso plagio a Madonna). Ha decidido entonces con Joanne (referencia a su segundo nombre) romper el cascarón, salir de su zona de confort y entregarnos el álbum más diverso, completo, interesante y personal de su carrera. 

Basta darle play al álbum para notar de inmediato el que la mujer se tomó el desafío en serio. 'Diamond heart' es uno de esos temas que va agarrando fuerza mientras avanza para acabar entre guitarras y explosiones varias, la participación de Josh Homme en materia de composición se hace sentir acá como también en 'John Wayne', una que sonará más adelante pero coincidirá en lo adictivo de su sonido, fuera de dar rienda suelda a una Gaga que vocalmente está mejor que nunca. Entre estas sonará la golpeada onda retro de 'A-Yo' y la acústica 'Joanne', la primera que desata los aires folk que perfuman varios momentos del álbum. Entrando en el nudo de este, donde suena una juguetona 'Dancin' in circles' (en modo Gwen Stefani, digámoslo) y el desenfrenado rock en plan Springsteen de 'Perfect illusion', (donde la ha ayudado Kevin Parker de Tame Impala) podemos esbozar la primera crítica al disco: ha querido tocar demasiados tópicos y ahí ha perdido coherencia. Se nota cuando en un álbum participan muchas manos y este es el caso. La colaboración parcial de Mark Ronson, Josh Homme, Kevin Parker, Beck e incluso Florence Welch se nota en el hecho de que en Joanne cada canción resulta ser un mundo, lo cual favorece el resultado individual (no hay tema malo acá) pero en el global debilita la cohesión. 

Entrando en la recta final del disco suena la preciosa balada 'Million reasons' (otra gran interpretación de Gaga), una nueva pasada folk en 'Sinner's prayer', la onda retro de 'Come to mama' + la exquisita 'Hey girl' (lo mejor que suena en toda esta recta final, aunque queda la sensación de que el tema daba para más) y el grato cierre a cargo de 'Angel down'. 

Lo dicho, en materia de canciones Joanne no se queda, ni tampoco en valentía. En ese sentido Lady Gaga se muestra en este conjunto de temas como una artista de verdad, inquieta y sensible, abriendo puertas a un futuro que desde acá podría disparar hacia donde ella quisiese. El primer paso lo ha dado, ha salido muy bien parada, nos ha regalado su mejor disco a la fecha (el único que da para ser oído completo de hecho) aunque queda aún con un desafío pendiente: la búsqueda de una mayor identidad musical. 


7 / 10
Muy bueno.

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