Si no los conoces, que es lo más probable ya que no hablamos de una banda particularmente popular, deberías ir por ellos. Y es que en este mundo donde todo es plagio o refritos, una banda como Thrice se agradece. Los californianos han sabido sostener una discografía cargada hacia un rock duro, de mucha energía y frescura (eso que algunos gustan llamar hardcore melódico o post hardore), con vaivenes en materia de estilos pero siempre respondiendo dentro de lo suyo. Ahora, pese al buen nivel, habían dado señales de agotamiento en 2011 tras la edición de Major/Minor, un disco correcto pero que los mostraba cómodos en su metro cuadrado, lo cual inevitablemente resultaba incómodo para una banda tan ambiciosa como Thrice. Se tomaron su tiempo entonces, cinco años de hecho para crear To be everywhere is to be nowhere, el trabajo que abre la segunda década de existencia de la banda y por tanto, se entiende casi como un todo/nada para ellos. El resultado apuesta sobre seguro, concentrándose básicamente en las canciones más que en el concepto global, dejando de lado la experimentación, yendo al grano en el tema a tema pero cumpliendo sin lugar a dudas, encumbrando al álbum desde ya entre lo más atractivo y destacado que oiremos en este 2016.
La primera mitad del álbum es un bloque de concreto que no entrega respiro y resulta absolutamente demoledor, ahí el desgarro de 'Hurricane' enlazará con la potencia de 'Blood on the sand' y la exquisita oscuridad de 'The window', una de las mejores canciones del disco. Todo acá suena muy visceral, cada canción es una liberación de energía importante y aquello encuentra su mejor momento en la pasada por 'Wake up', una que se va directo a la carpeta de las grandes canciones que nos dejará este año. La primera pausa llegará con la luminosa 'The long defeat' seguida del minuto instrumental que es 'Seneca', la cual dará paso a una segunda mitad de álbum un poco más diversa que la primera.
Acá, acercándonos a la recta final, el disco bailará sobre diferentes atmósferas, los tres minutos de 'Black honey' son duros y de peso, mientras que 'Stay with me' es la balada rock del álbum, la primera ocasión donde la banda abre el corazón al auditor (¿se acuerdan del 'Use somebody' de Kings of Leon? Bueno, háganse esa idea). 'Death from above' + 'Wistleblower' apostarán por un sonido más golpeado y denso mientras que el cierre llegará en absoluta calma con 'Salt and shadow', una que si me la presenta Bon Iver, no me quejo. Gran cierre por cierto, pese a que se contrapone por completo a todo lo que antes sonó en el álbum.
Si alguien viene siguiendo desde hace un tiempo la discografía de Thrice, es probable que no encuentre en este disco nada particularmente novedoso, más allá de tres o cuatro canciones que destacan notablemente sobre el resto, esto dado lo mencionado: la banda ha querido hacer pie haciendo bien lo que mejor saben hacer. El punto es que lo han hecho muy bien, entregándonos un disco sólido y que me parece funciona como una excelente carta de presentación para quien que recién viene conociendo a la banda.
4.0 // Excelente ! |
Qué tal, Esteban, un saludo...
ResponderEliminarUna de esas bandas que merecen más de lo que han conseguido. Sin embargo, el disco me ha dejado bastante a medias. Incluso prefiero el anterior 'Major/Minor' si me apuras. Y me explico. Seguramente 'Major/Minor' daba señales de agotamiento aún siendo uno de mis discos favoritos de 2011. Se echaba de menos ese toque arriesgado y experimental que llevaban desde 'Veissu' y todo iba a piñón fijo y sobre seguro. Ahora bien, si te tomas un receso o te despides durante cinco años y luego vuelves, hazlo con algo nuevo, algo fresco, algo arriesgado, con nuevas ideas. No lo hagas con lo mismo sin salir ni un milímetro de tu libreo de estilo más conservador. De ahí mi decepción. También me hace gracia que destaques precisamente 'Wake Up' porque refleja con claridad mi idea. Un típico tema que han hecho mil veces, previsible, que ya sabes por donde viene y a donde va y que además lo han hecho otras mil veces mejor antes. No digo que sea un mal disco pero bastante menos bueno de lo que esperaba.
Si, en algo tienes toda la razón: se tomaron 5 años para sacar algo que, si vienes siguiendo a la banda, no sorprende a nadie. Ahora, pese a esto... me sigue pareciendo un gran disco. Pero creo que tienes toda la razón, en mi juicio pesa mucho el que no los vengo siguiendo desde 'Veissu', quizás si así fuese mi valoración levemente sería menor (un 3.5 digamos).
EliminarSaludos! Gracias por el aporte.
lei lo mismo de "wake up" en foros. Para mi es el primer disco de Thrice que escuchaba completo y lo encontre buenisimo, y metiendo esa cancion en el saco tambien. Puntos altos para mí son "the window" que tiene una vibra muy alain johanness, y el final con "salt and shadow" me sorprendio. "Stay with me" es totalmente descartable en todo caso, no se qué hace ahí esa canción en un disco así.
EliminarComo comentario final, es curioso como cambia la percepción de un disco para un seguidor y nuevo oyente de un grupo. Es muy subjetivo el tema del valor del conjunto de canciones que hacen a un disco en particular o el continuo de canciones que involucra discos anteriores de un determinado grupo.
Así es Nito. Al final del día, la única verdad en esto de la música es que no existe una verdad...
EliminarLas canciones están ahí, y es tan subjetivo el que te lleguen o no. Efectivamente cuando uno ya conoce a una banda, y la sigue, tienden a darse dos situaciones: o eres muy benevolente con ellos (escuchas y escuchas el disco esperando "algo"), o colocas la vara muy arriba a raíz de tus expectativas.
Eso sin contar el factor "paso del tiempo". El otro día, por ejemplo, me puse de nuevo los tres últimos de Wilson, que no los oía hace rato. "The raven..." me sigue pareciendo maravilloso, pero el "4 1/2" no me llegó en absoluto, incluso me aburrió!, siendo que en el momento de su salida me pareció buenísimo. En fin, tema para largo pero se agradece el aporte al debate.
Saludos!