El disco depre de la temporada
Les costó dar con el reconocimiento global a estos norteamericanos (ese que va más allá de los fans de la banda) pero en 2010 lo encontraron de la mano de un excelente High violet, un trabajo cargado a los medios tiempos y a una eléctrica melancolía. Uno que además se percibe perfectamente hermanado con este, un sucesor que llega tres años después y que si bien funciona en una línea similar, sacrifica a todas luces la fuerza (no hay una 'Terrible love' acá) en pro de un sonido fuertemente melancólico, aunque no por esto inaccesible. De hecho, pese a que la tristeza es elemento común a lo largo del álbum, me atrevería a afirmar que acá encontramos varias de las canciones más "comerciales" en lo que va de carrera de The national, eso enmarcado además en un conjunto que se percibe honesto, desnudo, profundo y musicalmente siempre interesante.
No es fácil conectar con el mundo de The national. El primer obstáculo probablemente sea la voz de Matt Berninger (la cual en una primera impresión suele sonar exageradamente apagada) y el segundo, los ambientes oscuros que tiende a desarrollar la banda, los cuales acá pueblan el disco aunque siempre intentando equilibrar con cosas un poco menos lúgubres. De esta manera, al relato depresivo/inmersivo que se vive en 'Demons' (brillante esta) se sumarán en la primera parte del álbum las acústicas 'Fireproof' o 'Heavenfaced', preciosas ambas, mientras que en 'I should live in Salt' abrirán mediante una estructura sencilla y reconocible, e intentarán ir más arriba en 'Sea of love' o 'Don't swallow the cap', que entregará la dinámica más acelerada en todo el disco y también el coro más contagioso de este (ese notable "I'm not alone, I'll never be / Into the bones, I'm evergreen").
La segunda parte del álbum insistirá sobre estas idas y vueltas, yendo muy abajo en las melancólicas 'This is the last time', 'Slipped' o 'I need my girl' para volver a subir en 'Graceless', acercándose poco a poco a una recta final que seguramente se enmarca como el gran "pero" del disco, con momentos no tan inspirados en toda la pasada por 'Humiliation' + 'Pink rabbits' + 'Hard to find' , quince minutos que definitivamente no están a la altura de todo lo que antes había sonado.
The national es así una de esas bandas a las que hay que masticar con cuidado, escucharla con un buen equipo de sonido y no esperar temas demasiado inmediatos, sin embargo, una vez lograda la conexión aparece la magia y te sumerges dichoso en ella. En ese camino, Trouble will find me es un viaje, un disco que va de menos a más y que explota al máximo lo que mejor saben hacer estos tipos: la inmersión en atmósferas oscuras y dejarte ahí... disfrutando.
¿Canciones? 'Demons' , 'Heavenfaced' y 'Don't swallow the cap'
8,2 /10
¡Excelente!
No hay comentarios:
Publicar un comentario