Una vez asumido el hecho de que Slipknot no volvería por ahora a las pistas, Corey Taylor abandonó las medias tintas con Stone sour y se lanzó de lleno al proyecto. En 2012 vivimos el lanzamiento de la primera parte de House of gold and bones (mi crítica acá) , un disco de rock por sobretodo efectivo, que logró dejar satisfecho el paladar del fan y además generó cierta expectativa en torno a lo que sería la segunda parte de este. Ahora, en la historia de la música hemos tenido muchos discos hermanados, que se yo, un Load/Reload de Metallica , un Achtung Baby/Zooropa de U2 o los recientes Unborn/Undead de Six feet under, por mencionar los primeros que se me vienen a la mente, sin embargo, en la mayoría de estos casos el segundo álbum no estaba pensado originalmente. Esto a diferencia de lo que acá ocurrió, ya que desde un inicio supimos que House of gold and bones era un disco dividido en dos partes. ¿Estrategia comercial o efectivamente un paso adelante en la carrera de la banda? El disco ya está con nosotros por lo que cada cual puede formarse una opinión y esta es la mía: sin estar frente a un mal disco, he quedado con gusto a poco con esta segunda parte. Yo al menos, esperaba algo más.
Ahora, independiente de mis expectativas, este no es un mal álbum, hay buenas canciones, ganchos melódicos importantes, se aprecia la intención por sonar un poco más agresivos y oscuros en relación a la primera parte, sin embargo, me sobra lo que ya estaba en la primera parte y me faltó algo más de riesgo. La banda sigue apostando a lo seguro en su sonido, el disco suena bien pensado, bien interpretado pero siempre pisando terreno firme. Hay tres o cuatro canciones acá que lograron sonar oscuras y me conquistaron de inmediato, hablo de la partida a cargo de "Red city", la balada "Sadist", la excelente "Gravesand" y "Do me a favor", ojalá hubiese un poco más de aquello en el disco y no tanta sobrecarga de temas comerciales como "Black John", "Stalemate" o "82" (que no son malas canciones pero claramente no sorprenden en nada), ni hablar de la intrascendencia de canciones como "The unncany valley" o "The conflagration", típicos temas de relleno que si no estuviesen en el disco nadie los extrañaría.
¿Mal disco? En absoluto. El disco en lo suyo es muy bueno y canción por canción se sostiene sin problemas (no es un disco para nada aburrido) pero siento que nuevamente Stone sour vuelve a caer en lo mismo, en la fórmula predecible y que no escapa de los márgenes de lo esperable. Salvo dos o tres canciones todo lo que acá suena responde a una fórmula más que conocida.
6 / 10
Bueno , cumple.
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