"Continuación fallida..."
En 2010 debutaron con Opus Eponymous y dieron bastante que hablar. Lamentablemente siento que el fenómeno no tuvo que ver demasiado con la música y si con asuntos externos. Si, que el debut de Ghost recuperó un sonido, temáticas e incluso una estética que hace mucho no veíamos (muy propia de King Diamond, el mítico líder de los fenomenales Mercyful fate) y desde aquella mirada podríamos decir que la jugada sin ser original, al menos lograba revivir la nostalgia entre los mayores de treinta y acercar dicha estética a los más jóvenes. Sin embargo, dejando de lado todos los adornos y complementos, digámoslo con claridad: la música de Ghost no proponía nada demasiado novedoso y tampoco destacaba por aspectos técnicos, vocales o interpretativos. Su principal y quizás único mérito estaba en gozar de cierta frescura y tono humorístico donde la banda no parecía tomarse en serio a si misma. Con todo, Opus Eponymous, no fue un mal disco. Se trató de un álbum corto (8 canciones de 3 o 4 minutos cada una), preciso, sencillo pero efectivo.
A tres años de aquel debut tenemos su continuación, Infestissumam, un disco al que siento las expectativas le terminaron jugando en contra. Tanto se habló de lo extra musical en torno a Ghost que pareciese que Tobias Forge (líder y cerebro del proyecto) se terminó mareando y en el afán de entregar un producto más elaborado terminó generando un disco que expone todas las debilidades que la agrupación posee.
En ese sentido, un primer aspecto a criticar acá es la producción, a cargo de Nick Raskulinecz, un tipo que ya me había arruinado un disco en el pasado (One by one de Foo fighters, el cual no puedo escuchar sin patear el suelo de la rabia por lo mal que suena) pero que a la vez había estado detrás de buenos trabajos de bandas como Rush o Deftones. En esta ocasión el disco cuenta con ese molesto ruido en donde la batería suena saturada (no se me ocurre explicar esto de una mejor manera). No se que pretenden lograr cuando graban algo de esa forma pero a mi me molesta muchísimo. El disco suena sucio en un mal sentido.
Lo segundo que me llamó la atención de este trabajo fue el extenso minutaje con que cuenta, esta vez acercándose a la hora de duración, contando con temas que sobrepasan los cinco e incluso siete minutos. Ahora, esta extensión obliga a que el chiste se repita una y otra vez, lo cual por supuesto acaba agotando a cualquiera. Canciones tales como "Body and blood" o "Depth of satan's eyes" creo que perfectamente se las podrían haber ahorrado. Además, dentro del resto del disco la verdad es que hay muy poca variedad, salvo dos o tres cositas, el álbum no muestra diversidad en los estilos, se extrañan arreglos acústicos o de teclados, los cuales si aparecieron en Opus eponymous aportando frescura en aquel entonces.
Ahora, no todo es tan malo en Infestissumam. La partida a cargo del instrumental que da nombre al disco me pareció fenomenal, el single "Secular haze", pese a carecer de una buena interpretación vocal (¡que frío, limitado y mecánico suena el Papa Emeritus a lo largo de todo el disco!), engancha gratamente gracias a los teclados con los que juega, de igual forma la dupla "Ghuleh / Zombie queen" debe ser lo mejor que trae el disco, el único tema en donde aparece la variedad sonora que mencioné extrañar en el párrafo anterior. Finalmente "Year zero" resulta ser una adoración moderna de Satán que se disfruta muchísimo, es lo que me habría gustado oír en el resto del disco.
Cuatro buenas canciones entre un total de diez habla de un 40% de logro, siendo generoso diría que hay dos temas más que al menos logran entretener a momentos. Poco lamentablemente para un disco del que se esperaba bastante más y tal parece que ha venido a recordarnos que el chiste se ha gastado y ha perdido la gracia.
5/10
Nada muy especial...
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