"En terreno medio..."
Nos encontramos entonces nuevamente con un álbum donde muchas manos han estado involucradas, lo cual inevitablemente impregna al trabajo de distintas líneas, algunas coherentes con el conjunto, otras no tanto. 'Easy on me', por ejemplo, es la 'Hello', la 'Someone like you' de este álbum, y funciona. Es una maravilla de canción (la quinta en mi recuento de 2021 si mal no recuerdo) frente a la cual no queda otra cosa sino rendirse, como alguna vez hicimos ante el 'I have nothing' de Whitney Houston. Es que cosas así aparecen pocas veces en la vida y hay que saber valorarlas. Adele nos abre el drama de su divorcio ("Cambié quien era para ponerlos a ambos en frente pero ahora estoy rendida...") y conecta como pocas voces pueden. En esa misma línea, inmediatamente vuelve a abrir el pecho en la notable 'My little love', que entre estrofas incluye diálogos con su pequeño hijo y cierra incluso con un monólogo donde oímos a Adele Adkins (la mujer) sincerarse respecto a su soledad entre sollozos ("Debe ser la primera vez desde que lo dejé en que me siento sola / Y nunca me siento sola, amo estar conmigo misma...").
El disco vive un gran momento con 'Easy on me' + 'My little love' y hace sentido el que le siga algo más activo como 'Cry your heart', pero lamentablemente el álbum jamás volverá a alcanzar dicho nivel. Los problemas de hecho comenzaron antes, con la débil partida que representa 'Strangers by nature', que con sus orquestaciones luce en exceso artificial y parece más un jingle navideño que el comienzo adecuado para un álbum como este.
De igual forma Adele se pone en evidencia a continuación mediante la jugada evidentemente comercial del combo 'Oh my god' + 'Can I get it' (hit seguro, y prepárense para los miles de tik tok que se vendrán con el silbido del coro) para luego, bruscamente volver a bajar yendo al piano a 'I drink wine', 'All night parking' y luego a las cuerdas en 'Woman like me', en toda una pasada que le ha quedado bastante pesada y de la que, digámoslo, el disco no logrará recuperarse.
La recta final del trabajo está compuesta por tres canciones de seis minutos cada una, 'Hold on' que cuenta con aires góspel pero con un subidón que tarda demasiado en llegar y nunca alcanza la intensidad que pretende, 'To be loved' que va al piano nuevamente centrando todo en el mensaje pero dejando de lado algún gancho melódico y una interesante 'Love is a game', que si sube como corresponde pero lamentablemente llega cuando el disco ya nos ha perdido.
Se cierra así un álbum confuso donde Adele parece querer tenerlo todo, abrir su corazón entre dolorosas baladas, meternos un par de canciones de pop modernillo para que no nos aburramos pero también sumergirse en piezas profundas, el problema es que estas en su mayoría cansan. Sin ser un desastre, en su contexto 30 es el disco más discreto en lo que lleva de carrera.
¿Canciones? 'Easy on me', 'My little love'.
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