"Regreso en plena forma..."
Nos encontramos así con un disco cargado a las atmósferas generadas esta vez por guitarras limpias, estructuras bastantes dinámicas y un sonido elegante propio de las bandas británicas. 'Carousels' es una que abre en dicha línea, con una batería que marca los tiempos y se contrapone a guitarras que mediante arpegios va armando el asunto para encontrar en los coros determinadas explosiones. Esta idea se sostendrá a lo largo del disco, con canciones que sostendrán una vibra bastante alta y se esforzarán por no caer en pozos melancólicos. Ahí, ocurre también que las canciones responden a patrones que ya conocemos, sin que esto necesariamente signifique un defecto. La acústica 'I will not hide', por ejemplo, por momentos podría ser una canción de Elbow, el single 'Broken eyes' tiene cosas de Coldplay mientras que 'For tomorrow' huele por momentos a Travis. La banda desarrolla y trae al presente, por tanto, buena parte de lo que mejor supo su generación entregar, añadiendo al mismo tiempo elementos propios que logran dar ese necesario salto de calidad, que es lo que sucede en la exploratoria 'Cathedrals of the mind' o la psicodélica 'Prisoners' (con un poco de 'A song for the lovers' de Richard Ashcroft en los vientos), que junto a la genial 'Cycle of hurt' (¡preciosas sus guitarras!), representan sin lugar a duda el mejor pasaje del álbum.
En su recta final el disco acabará de soltar sus armas, primero con una adictiva dinámica bailable en 'Mother silverlake', una canción increíble que incorpora bastante suciedad al sonido llevando a la banda hacia un sonido mucho más experimental y arriesgado, para luego irse al piano en 'Universal want' y al acústico en 'Forest house', ambas, las únicas baladas propiamente tal en todo el disco, aunque la primera no tendrá nada de convencional mientras que la segunda si sonará algo más clásica en lo suyo.
A resaltar que el disco se sostiene de comienzo a fin sin ningún problema, regalando en su primera mitad sonidos sólidos que responden a la experiencia de la banda pero desatando en la segunda parte todo un segmento más atrevido que ilusiona respecto a lo que podría venir para Doves más adelante. Excelente regreso, uno de aquellos que uno desearía no pasasen tan desapercibidos por el mundo. De los buenos discos que nos habrá dejado 2020.
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