martes, 24 de noviembre de 2015

Deafheaven: New Bermuda (2015)

Fórmula efectiva.

Los amantes de las etiquetas deben estar desesperados con Deafheaven, si hasta les inventaron una: el blackgaze. Y es que a estos californianos resulta realmente difícil encasillarlos dada la interesante mixtura de estilos que vienen generando desde hace al menos cinco años, la cual encontró en Sunbather (uno de los buenos discos que oiremos durante la presente década) su aparente máxima expresión, digo aparente ya que está por verse hasta donde los tipos logran llegar con su música. 

El caso es que, a dos años del mencionado trabajo, los tenemos de regreso dispuestos a enfrentar las altas expectativas generadas y lo hacen con New Bermuda, su tercer álbum.

Con una ejecución impecable, este inicia con 'Brought to the water', un tema veloz, oscuro, con una dinámica que hasta los cuatro minutos no da tregua para luego dar paso a una sección melódica, que a momentos llega a ser hermosa. Son casi nueve minutos de una banda consciente de que el primer golpe debía ser efectivo, y así ha sido. 'Luna' es una que insistirá sobre el mismo sonido, nuevamente sin dar respiro el tema abre con un fraseo muy similar al ejecutado en 'Brought to the water' para a los seis minutos sacar el pie del acelerador y entregar un momento de calma. Es un buen tema pero junto a el aparece un primer problema: la evidente repetición de la fórmula. De hecho el tercer tema, 'Baby blue', caerá en lo mismo, abrirá muy densa (se diferencia en ese sentido a las dos anteriores) pero al rato romperá la dinámica para entregar un cierre limpio y luminoso. Es un buen momento de todas maneras, pese a la redundancia.

El mejor tema del álbum es sin lugar a dudas 'Come back'. La primera hasta acá que propone algo diferente, abriendo en medio de la tranquilidad con una agradable sección de cuerdas + batería para luego desenfundar un emotivo solo de guitarra y preparar la entrada de George Clarke, que vocalmente acá sigue entregándolo todo. Llegamos así al cierre del álbum, sonará entonces el medio tiempo 'Gifts for the earth', que si bien durante su primera mitad apuesta por algo interesante acaba por deshacerse entre los lugares melódicos comunes que abundan en el disco. 

En definitiva: la pasada por los 45 minutos de New Bermuda no deberían decepcionar a ningún seguidor de la banda, encontramos acá momentos caóticos que se equilibran con notables pasajes de calma, todos ejecutados de manera impecable y efectivos en lo suyo. ¿El problema? Dos más bien, el primero guarda relación con la producción: es realmente lamentable lo mal que suenan muchos discos de metal en la actualidad pero bueno, ese es tema para otra reseña. Y lo segundo tiene que ver con lo ya mencionado, la repetición de una fórmula que coloca al álbum un par de peldaños por debajo de su antecesor. 

Deafheaven no decepciona con su tercer álbum pero tampoco va por mucho más, mantiene a la banda en su zona de confort ganando algo de tiempo mientras nuevas ideas acaben de llegar. 

7/10
Muy bueno.


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