"Dosis necesaria..."
Escuchar un nuevo álbum de Saxon a estas alturas del partido es un regalo, un placer. Y es que hablamos de una leyenda viva y activa del heavy metal, uno de los grandes estandartes del género que se mantiene aún en buen pie creativo, lo cual tras casi cuarenta años de carrera es mucho decir, muchísimo.
Fieles a lo suyo, estos británicos regresan tras la dura tarea de suceder al excelente Sacrifice (2013), disco que a dos años de su edición sigue pareciéndome una maravilla, dueño de una vitalidad y frescura que ya se quisiese cualquier banda de metal actual. Para esta ocasión, sin embargo, han ido tras un sonido un poco menos clásico y un tanto más afilado, de más peso. El resultado se resume en las diez canciones que componen a Battering ram, un disco tras el cual no queda más que sacarse el sombrero dada la tremenda descarga de energía que nuevamente nos han regalado.
Pero hablando de las canciones, las primeras dos declaran rápidamente intenciones. 'Battering ram' (la canción) y 'The devil's footprint' representan ocho minutos de metal de primera cargado a la velocidad, al doble pedal y afiladas guitarras. Sin tregua ni pausas Saxon va directo a nuestra médula y convencen nuevamente. Posteriormente 'Queen of hearts' bajará un tanto los tiempos pero rápidamente 'Destroyer' + 'Hard and fast' traerán la dinámica de regreso, a estas alturas por cierto nos queda claro el que la banda no escapará de esta fórmula. Comenzamos a acercarnos a la recta final del álbum con 'Eye of the storm' , la cual nuevamente propone una pausa al coquetear con esas densas guitarras que inevitablemente recuerdan a Black Sabbath, para luego volver a la vorágine con 'Stand your ground' y 'Top of the world'.
Dentro de lo más interesante del disco, y lo menos predecible a la vez, se encuentra el cierre a cargo de la dupla 'To the end' + 'Kingdom of the cross', la primera entrega tres minutos de un riff lento y pesado que da paso a un interesante quiebre, mientras que la segunda explora sonidos acústicos acompañados por un relato hablado bastante ameno.
Battering ram funciona entonces como una excelente (y necesaria) dosis de heavy metal directa a la vena. Un álbum veloz, pesado y técnicamente impecable, quizás algo monótono en ciertos pasajes pero de todas maneras muy por sobre lo que se esperaría de una banda que cuenta con tanta historia. No deja de impactar el nivel que Saxon consigue con su álbum número 21 (!!!) y la frescura que transmiten. Los tipos son unos grandes, relegados quizás a un segundo plano dentro de la escena (no lo vamos a negar, en popularidad van muy detrás de unos Iron Maiden, Judas Priest, Black sabbath o Motorhead) pero no por esto menos importante que cualquier gigante del género. Saxon vive y es presente, benditos sean por eso.
7/10
Muy bueno.
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