Supergrass fue una de las tantas joyas que los noventas nos dejaron, sin embargo, pese al crecimiento que la banda mostró durante su carrera (la cual duró un poco más de una década) la imagen que quedó de ellos fue la de una banda que poco a poco se fue apagando. Fueron adolescentes e inquietos en I should coco (1994), mucho más maduros y experimentales en In it for the money (1998) y definitivamente adultos en Road to Rouen (2005), sin embargo, entre quienes gustan de la música, el 99,9% los recordará únicamente por aquel single titulado "Alright". Que perra vida. Y con Gaz Coombes el asunto no ha sido demasiado diferente, opacado por pares de su generación tales como Damon Albarn o Noel Gallagher, no es demasiado el ruido que el vocalista ha generado con su carrera en solitario pese a que el hombre continúa dando claras señales respecto a su talento.
A diferencia de su debut, que fue un álbum de corte mucho más clásico y tradicional, en este 2015 Gaz Coombes llega a nosotros en versión madura. Matador es un álbum reposado y que escapa de la fórmula de rock directo para adentrarse en un sonido mucho más introspectivo pero tan atractivo como lo realizado en Here comes the bombs (2012). Cabe mencionar además que Gaz tocó casi todos los instrumentos para este trabajo, dejando escapar solo los teclados en tres o cuatro canciones pero prácticamente todo lo que acá suena es obra de él.
El disco abre con "Buffalo", uno de esos temas en donde Gaz acostumbra explorar ambientes algo psicodélicos. Sobre un piano se sostiene una melodía que poco a poco encuentra una serie de explosiones encontrando así una partida sencilla pero efectiva. En la misma linea se encuentra "20/20", otra en donde el piano es protagonista y la intensidad se va logrando con un coro ascendente. Con "The english ruse" Coombes se acuerda del rock, de hecho es el único tema veloz del disco ya que a partir de acá este entrará en una linea bastante más íntima y acústica. Una serie de baladas sonarán a continuación, la preciosa "The girl who fell to earth", luego "Detroit", que va en la misma linea solo que revienta entre voces y guitarras en los coros, la eléctrica "Needle's eyes" y "Seven walls", que gracias a sus subidas de intensidad debe ser uno de los grandes momentos con que cuenta el álbum.
Hacia el final el asunto pierde algo de fuerza, solamente las explosiones de "To the wire" resultan particularmente atractivas pero "Oscillate", el intermedio "Is it on?" y el tímido cierre de "Matador" (la canción) dejan la sensación de que Gaz se anduvo quedando sin gasolina a la hora de cerrar el disco, dejando así la experiencia algo inconclusa.
Matador es un álbum entonces que sigue mostrando a un Gaz Coombes inquieto y que no muestra interés por estancarse en ningún sentido. Recibir un disco tan personal y con tan poco gancho comercial da a entender que la masividad ya no es tema para el vocalista sino que más bien el encontrarse a si mismo en su música. Acá ha vuelto a cumplir pero no ha sido brillante, el álbum sigue pareciendo un trabajo de transición hacia algo mayor. El tiempo dirá ...
Otras reseñas de Gaz Coombes:
2012 // Gaz Coombes // Here comes the bombs.
Matador es un álbum entonces que sigue mostrando a un Gaz Coombes inquieto y que no muestra interés por estancarse en ningún sentido. Recibir un disco tan personal y con tan poco gancho comercial da a entender que la masividad ya no es tema para el vocalista sino que más bien el encontrarse a si mismo en su música. Acá ha vuelto a cumplir pero no ha sido brillante, el álbum sigue pareciendo un trabajo de transición hacia algo mayor. El tiempo dirá ...
3.0 // Bueno, cumple. |
Otras reseñas de Gaz Coombes:
2012 // Gaz Coombes // Here comes the bombs.
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