Para este 2013 Fito Paez habló de tres discos y cumplió. Los iré revisando uno a uno, comenzando por este fascinante compilado de caras b que el trasandino decidió regalar a quienes asistiesen al concierto de cierre de la gira "20 años de El amor después del amor". El sacrificio consta de 10 oscuras canciones compuestas entre 1989 y 2012 que no fueron incluidas en los álbumes oficiales del cantautor en sus respectivos momentos pero que no por esto funcionan como meros descartes. De hecho, digámoslo con claridad: gran parte de este puñado de temas podría perfectamente haberse colado en álbumes como Tercer mundo (1990), El amor después del amor (1992), Circo beat (1994) o Abre (1999) y vaya que las habríamos disfrutado.
Lo entretenido en el paseo por El sacrificio es lograr descifrar a que etapa pertenece cada tema (el álbum en ese sentido es manjar para fanáticos), aunque solamente dándole una cuidadosa oída al registro vocal de Paez y a los arreglos que poseen las canciones creo que podemos sacar más de alguna conclusión al respecto. Lo mejor del álbum está claramente en la primera mitad, ahí suenan las atrevidas referencias religiosas de "El sacrificio" (¿Abre?) , el desgarrado relato de una ruptura que es "Esto podría haber sido una canción" (¿El amor después del amor?), la personal crítica social de "Guerra de luz" (¿Circo beat?), las referencias a Luis Alberto Spinetta en el bajo y teclado de "Mouchette" (¿Naturaleza sangre?) y la inquieta furia de "El fantasma canibal" (¿Abre otra vez?).
Ahora, la segunda mitad del álbum no se muestra tan diversa como la primera por lo que el disco se empantana a ratos. "No la chingues buey" es un relato vengativo que como freakerio resulta simpático, "El mal vino y la luz" e "Inglaterra" conectan bastante con la etapa más reciente de Fito, la más predecible y monótona, por lo que las revoluciones bajan bruscamente mientras que el íntimo final a cargo de una susurrada "El dolor" y la interesante narrativa de "La puta diabla" mejoran un tanto el asunto. Cierra de esta manera una singular compilación que en el global me parece que deja un saldo positivo y que pese a contener temas de distintas épocas logra conectar sin dificultad gracias al tono de oscuridad que ronda durante todo el trabajo.
¿Qué me gustó de El sacrificio? Básicamente el volver a oír a ese Fito Paez inquieto y hambriento, el cual incluso en momentos en que vomita un mal rollo logra sonar honesto y creativo. ¿Que no me gustó de El sacrificio? Recordar que es una compilación llena de temas de 15 e incluso 20 años atrás...
7 / 10
Muy bueno !
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