domingo, 24 de mayo de 2020

Paradise Lost: Obsidian (2020)

"La leyenda ha vuelto a estar a la altura..."

Con una discografía tan extensa y quince álbumes en treinta años de carrera es probable que a los británicos de Paradise lost les haya pasado la cuenta en más de algún momento esa tendencia a sacar discos a como de lugar cada dos o tres años. De aquello pecó Medusa (2017), un disco que no fue capaz de sostener la magia que la banda había sido capaz de desplegar tanto en Tragic idol (2012) como en el excelente The plague within' (2015). Sin embargo, de las leyendas no hay que dudar. Puede que en determinados momentos no estén tan inspirados pero sobradas pruebas nos han dado de su talento por lo que debemos tener tranquilidad en que más allá de uno que otro paso en falso acabarán cumpliendo con las expectativas. Esto a propósito de 'Obsidian', la nueva evidencia de talento por parte de una banda que no parece tener ganas de sucumbir. 

El álbum número dieciséis de Paradise lost conjuga todos los elementos que han hecho grande a esta banda. La oscuridad y el peso está presente, aquello se manifiesta de inmediato en una canción como 'Darker thoughts', que tras dos minutos de relato acústico estalla entre guitarras y encuentra a un Nick Holmes realmente fantástico, con el que conectamos cuando vocaliza limpio y cuando vomita guturales (gigante ese "¡God ask not to kill!"). Enorme partida para el álbum. Por si fuese poco, suena 'Fall from grace' (uno de los mejores singles del año desde ya) y nos lleva a las nubes con su sonido, espeso, denso pero hermoso en su oscuridad. La banda entiende muy bien que necesita el disco por lo que aceleran a continuación con 'Ghost', un metal mucho más activo y dinámico al que más adelante volverán a acceder en canciones como 'Forsaken' o 'Serenity' mientras que 'The devil embraced' retomará el sonido lento de un comienzo y que cuando tiende a volverse algo monótono nos regala un fantástico juego de guitarras que resulta imposible no disfrutar. 

Quizás el único defecto que uno podría achacarle a este buen Obsidian es que peca de conformismo cuando la banda tiene claro que nos tiene en sus manos. Ahí toda la segunda parte pese a cumplir en canciones como 'Ending days' o la notable 'Ravenghast' (tema que perfectamente pudo cerrar el álbum), redunda demasiado sobre la misma tecla, esto se evidencia en 'Hope dies young', 'Hear the night' o el frío cierre que es 'Defiler', dejándonos así frente a un disco que trae de regreso toda la vibra de Paradise lost pero nos deja con ganas de algo más. Tampoco es tan terrible, no hay que ir demasiado lejos, a The plague within (2015) basicamente, para encontrar esa inspiración extra. Notable trabajo de todas maneras para una leyenda del gótico que ha vuelto a estar a la altura.

7,5 / 10
¡Muy bueno!


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