Tras un álbum tan notable como The plague within (2015), disco que acabó de revitalizar por completo la fantástica oscuridad de Paradise lost, el desafío para los de Nick Holmes no era poca cosa. Dos años más tarde han decidido, como era de esperar, darle continuidad a la linea musical que buenos dividendos les ha venido trayendo desde 2007 aproximadamente (desde la aparición de In requiem para ser exactos) pero, la verdad sea dicha, esta vez han fallado al entregar un disco que contiene todos los elementos clásicos de la banda pero carece de lo más importantes: canciones que vayan hacia alguna parte.
Si alguien llegase acá a quejarse respecto a lo denso y pesado que suena Medusa, me parece sería alguien que no conoce el sonido de Paradise lost. Y es que el problema del álbum no se encuentra ahí ya que insisto, los condimentos correctos están, el problema es que esta vez no los han sabido mezclar bien, entregando así un plato con poco sabor. Los murallones de guitarras, las voces que van desde el gutural al registro limpio, el sonido áspero y afilado... todo está bien, pero las estructuras de las canciones son tan monótonas, los tiempos tan similares, la ausencia de coros o secciones que enganchen es tan marcada, que la sensación de siempre estar oyendo el mismo tema es evidente por lo que no podemos sino llegar a la conclusión de que Medusa es, por sobretodo, un disco plano.
Llama la atención positivamente la partida del disco, a cargo de los ocho minutos de 'Fearless sky', con una estructura repetitiva que pasando la mitad quiebra a lo Sabbath para luego volver y acabar en paz. Digamos que el asunto comienza bien, sin embargo, pese a que con 'Gods of ancient' sacan el manual e intentan introducir un tema más ágil y agresivo (¡que lo es!) poco a poco el álbum comienza a empantanarse en la falta de chispa o magia, llámenlo como quieran. A destacar la dinámica de 'Blood and chaos' o ciertos pasajes al cierre de de 'No passage for the dead', pero del resto no hay mucho que decir, riffs muy pesados, un sonido oscuro pero que carece de gancho, algo que a The plague within le sobraba...
Tampoco pasa nada. Tras casi treinta años de carrera y quince álbumes bajo el brazo resulta esperable el que la inspiración no fluya siempre de la misma forma. El camino para Paradise lost prácticamente no ha sabido de pausas y quizás, solo quizás, este sería un buen momento como para repensar mejor la siguiente jugada ya que el camino de regreso a las raíces parece haberse agotado un tanto...
5/10
Nada muy especial.
Otras reseñas de Paradise Lost:
También bastante de acuerdo, a mí los Paradise Lost tan extremos y doom no son los que más me gustan. Prefiero su etapa intermedia, tanto la del principio en álbumes como Icon o Draconian Times y de estos últimos tiempos me quedo con Faith Divides Us... y con Tragic Idol.
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