viernes, 8 de junio de 2018

Ghost: Prequelle (2018)

"Melódicamente exquisito..."

Por más que a la siempre ridícula pandilla true metal le duela, el crecimiento musical de Ghost durante la presente década ha sido innegable. Y ojo que lo escribe alguien que sigue sin verle la magia a los dos primeros álbumes de la banda, ambos me parecen trabajos correctos (el primero más que el segundo) dispuestos a emular gratamente el sonido de una leyenda como Mercyful fate, pero solo eso, ni más ni menos. Lo que vino después, sin embargo, con Meliora (2015) y el EP Popestar (2016) si dio muestras de enormes avances y una interesante capacidad por parte de Tobias Forge para reinventar musicalmente a la banda, lo cual tiene mérito, claro que si. 

Pero no nos engañemos: Ghost desde siempre ha sido una banda comercial con propuesta para las masas y ganas de llenar estadios. Y benditos sean por aquello, que el planeta siempre ha necesitado la presencia de bandas de estadio como Queen, U2, Toto, Genesis (en su etapa Phil Collins claro está) o Muse en la actualidad, agrupaciones capaces de equilibrar con mucho tino melodía y técnica, además de servir como puente para adolescentes que están recién enganchando con el rock. Y claro, que a Ghost le falta muchísimo para jugar en dichas ligas pero el punto es dejar en claro que no encontrarán una línea acá que critique los afanes comerciales de esta banda.

Toda esta extensa introducción para mencionar que lo que nos encontramos acá en Prequelle es básicamente la consolidación de aquello que comenzó a insinuarse años atrás en Meliora, es decir, el abrazo definitivo con la luminosidad del sonido, algo que apreciamos de inmediato cuando 'Rats' abre los fuegos. La declaración de intenciones es evidente, acá está todo lo que Tobias Forge venía buscando y que finalmente ha encontrado: un sonido contundente pero melódicamente exquisito. Un singlazo de comienzo a fin, incluidos los notables "Rats! Ouuuuoooh!" pensados para ser coreados en sus conciertos. Le seguirá la contundente y pesada 'Faith' que muestra otra arista del mismo cuerpo, nuevamente con una estructura bien pensada y un coro que sabe a gloria, algo que más adelante volveremos a disfrutar en la fiesta que se desata en 'Dance macabre' (otra joyita dispuesta para enriquecer los conciertos de la banda), no sin antes haber disfrutado de un baladón como 'See the light' (que trae a colación ese manoseado concepto tipo "con tu odio me hago más fuerte" pero de todas maneras funciona) y el exquisito instrumental 'Miasma', donde hasta un solo de saxo se han atrevido a incorporar. Que decir, que la Cara A del disco se anota como la seguidilla mejor lograda hasta ahora en la carrera de Ghost.

Con el partido ya ganado la banda se entrega en la segunda mitad del álbum a meramente sostener el triunfo. Ahí, toman aire con una balada promedio como 'Pro memoria' para nuevamente recuperar aire y regalar un tridente final que cumple de sobra: primero con la dinámica 'Witch image', luego otro instrumental como 'Helvetesfonster' y un cierre bastante bonito en 'Life eternal'

El tiempo colocará a Prequelle en su lugar, ahora, más allá de los detalles el disco sabe a triunfo por donde se mire. La sensación de que han encontrado el sonido es evidente por lo que ahora solo resta observar si logran consolidarlo o llevarlo aún más allá. 

¿Canciones? 'Rats', 'Miasma' y 'Dance macabre'.

7,8/10
¡Muy bueno!

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