Cuatro años atrás Zakk Wylde vivía años cruciales, abandonaba la banda de acompañamiento de Ozzy Osbourne tras veinte años de trabajo juntos y editaba un poderoso Order of the black, un disco de hard rock muy directo y que seguramente dejó satisfechos a todos los fans del género. Ha pasado tiempo desde aquello, de hecho nunca el guitarrista se había tomado tanto tiempo entre lanzamientos, sin embargo, el silencio ha sido saludable para la labor compositiva de Zakk ya que esta nueva entrega, si bien es mucho menos efectista en relación a lo que fue su antecesor, logra resultar interesante para los tiempos que vivimos. Dicho en palabras simples: otro disco como Order of the black habría sido una pésima señal de estancamiento, lo cual no ha sucedido y aquello se agradece.
La sensación que deja este más que correcto Catacombs of the black Vatican es la de estar frente a un tipo que se ha sacado la presión de tener que demostrar algo y estar a determinada altura. Este 2014 Zakk Wylde ha vuelto con algo que le ha nacido del alma y aquello, desde esta vereda, se respeta. El tipo no se ha esforzado esta vez por lograr un sonido veloz y demoledor, sino que muy por el contrario, desde un comienzo las revoluciones suenan más bajas, el sonido más pausado, cargado al medio tiempo y a guitarras pesadas. La influencia más clara y potente con la que carga este álbum es la de Alice in chains, aquel sonido denso enlazado con esa marca de metal que inevitablemente carga Zakk Wylde ha generado ambientes notables, los cuales se aprecian de manera evidente en la partida a cargo del tridente "Fields of the unforgiveness/My dying time/Believe", mientras que en otros el tono es mucho más reflexivo de la mano de baladas muy sentidas como es el caso de "Angel of mercy" ,"Scars" o ese cierre cargado al blues que es "Shades of Grey". Casi en el final del disco aparecerá "Damn the flood", la única en todo el disco que traerá al presente el sonido habitual de Black label society pero esta resultará un mero espejismo en medio de un trabajo bastante menos inmediato.
No entraré en el debate de si este octavo álbum de Black label society se encuentra a la altura de sus mejores discos, lo que si tengo claro es que es un trabajo honesto, que marca distancia con lo que Zakk Wylde venía realizando y que muestra el presente de un compositor que parece liberado de ciertas ataduras del pasado. Bien por él.
3.5 / 5
Muy bueno!
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