Masturbación
De que el ex guitarrista de los Red hot chili peppers debe ser uno de los tipos más valientes de la escena actual, no cabe duda. Osado al punto de abandonar a su banda madre en dos ocasiones (ambas en pleno éxito comercial), la primera en 1992 a causa de su abuso con drogas y posteriormente en 2009 cuando argumentó el querer enfocarse en su carrera en solitario. El punto es que, sea como sea, con o sin banda de acompañamiento, John Frusciante ha dado muestras únicas de honestidad durante estas últimas dos décadas y aquello lo hemos podido corroborar en los múltiples trabajos donde su guitarra ha estado presente, el tipo ha hecho lo que ha querido y como ha querido, por ende, no debería sorprendernos tanto el giro que ha dado su carrera en estos últimos años, abandonando prácticamente por completo la guitarra, las estructuras tradicionales y entregándose de lleno a las maquinitas, la electrónica y la experimentación.
En el pasado han quedado álbumes como Curtains (2004) o The empyrean (2009), discos cargados de sensibilidad y en donde Frusciante intentaba sorprender pero siempre con su guitarra como protagonista, hoy el tipo está en otro rincón del universo, uno donde al parecer se ha decidido a soltar absolutamente todo y no dar tregua a quien escucha. Y si en 2012 llegó a nuestros oídos ese bicho raro titulado PBX funicular intaglio zone, dos años tenemos a Enclosure, la confirmación de que Frusciante no pretende recular sino más bien profundizar sus desvaríos electrónicos. En ese sentido este nuevo trabajo retoma el asunto exactamente donde lo había dejado su antecesor, es decir, en el caos mal entendido. Frusciante pretende desencajar a quien escucha y vaya que lo logra, al punto de llegar a ser molesto. Hay intentos de canción en donde las percusiones acaban por arruinarlo todo, como es el caso de "Sleep", el instrumental "Clinch" o el cierre a cargo de "Excuses", mientras que armónicamente "Fanfare" debe uno de los pocos momentos en donde el álbum efectivamente funciona, el resto se mueve entre el ruido intencionalmente descoordinado y los bruscos cambios de ritmo que jamás acaban de encajar.
John Frusciante dio muestras durante años de sus amplias capacidades a la hora de encontrar bellas y envolventes armonías, hoy lo tenemos componiendo exclusivamente para si mismo y en ese sentido Enclosure no es más que un experimento fallido, y hay que entenderlo así, como pura masturbación.
2 / 5
Malo
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