sábado, 12 de noviembre de 2011

Björk: Biophilia (2011)

"Oscuro, personal y vanguardista..."

Mirado a distancia, un álbum como Volta (2007) ha acabó por funcionar como disco bisagra para Bjork, este se dividió entre auto homenajes ('Earth intruders', 'Innocence', 'Declare independence'), momentos melódicos e instrumentales de alto nivel ('Wanderlust', 'The dull flame of desire') y otros realmente difíciles de seguir ('...'), dejándola en el global en tierra de nadie, con un poco de aquí, otro de allá pero sin direcciones claras. El de 2007 fue un buen álbum, que duda cabe, pero por primera vez (quizás en toda su carrera) la islandesa entregó un trabajo confuso en materia de rutas, por primera vez parecía no tener del todo claro hacia donde ir. Por esto mismo, caía de cajón el que para una siguiente entrega la vocalista decantaría por un camino, que es lo que ha hecho en Biophilia, tomando ruta propia, personal, íntima y, por cierto, cohesionada, para bien y para mal...

Nadie podría negarle a Björk el que en Biophilia no suena a ella, y aquello hay que dárselo de entrada, mira que hay que tener los ovarios bien puestos para jugársela por algo como esto, cincuenta minutos que se alejan prácticamente por completo de las melodías para centrarse más bien en sonidos oscuros y ciertamente difíciles de seguir. En lo concreto, existen pequeños momentos en el álbum donde la islandesa busca conectar a través ciertas armonías, instantes donde encontramos desates electrónicos ('Crystalline', 'Sacrifice, 'Mutual core') y otros donde las melodías vocales toman fuerza ('Cosmogony'). En esos momentos el álbum funciona e impacta, sin embargo, el resto del álbum, se debate entre arreglos mínimos (es un trabajo bastante desnudo en ese sentido), en ocasiones sonando casi con ternura ('Moon', 'Virus', 'Solstice'), a veces yéndose a un pozo tremendamente lúgubre ('Dark matter', 'Hollow'), en ocasiones apostando por la repetición de estrofas hasta la exasperación ('Thunderbolt').

El resultado es singular y de enorme identidad. Björk acude a la intimidad para dialogar consigo misma prácticamente sin concesiones con el auditor. Para bien y para mal, va a lo suyo. En la total vanguardia mediante un disco que a primeras cuesta pero al que seguro el paso del tiempo le hará tremendamente bien...

¿Canciones? 'Crystalline', 'Sacrifice', 'Mutual core'.


7 / 10
Muy bueno.

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