"(Buen) pop de banda..."
Ahora, cabe mencionar que el camino que Harry Styles acá recorre no pretende re inventar la rueda pero si dar muestras de un artista honesto en búsqueda de su lugar. El tipo mete mano acá al soul + funk setentero o al synth pop ochentero como han hecho tantos otros durante la pasada década, dotando a las canciones de una producción moderna pero con pasajes que suenan a otras cosas. A mi, por ejemplo, 'Music for a sushi restaurant' me recordó en el bajo + narración a mi querida St. Vincent (la de 2015, 'Rattlesnake') pero en los teclados oí a Phil Collins y su 'Sussudio', de igual forma, 'Let's night talking' me sonó a Duran duran en su partida aunque en los coros oí el verseo de George Michael en 'Outside'. Y del hitazo 'As it was' ni hablar, muchos la han comparado con A-ha, pero yo sin ir demasiado lejos mencionaría a The weeknd, y así, en la línea de Abel Tesfaye, Dua lipa (la de Future nostalgia) o Miley Cyrus (la de Plastic hearts), Harry Styles ha optado por tomar prestados una serie de elementos provenientes de distintos artistas y acercarlos a las nuevas generaciones, lo interesante es que el producto le ha quedado lo suficientemente contundente como anotarse como lo mejor que ha realizado a la fecha.
Otro elemento que llama la atención en Harry's house, para bien y mal, es la ausencia de hits inmediatos, lo cual habla de un riesgo que ha tomado el vocalista. Y es que salvo 'As it was', no encontramos algo acá igual de ganchero, quizás el medio tiempo romántico 'Cinema' tiene pinta de single o 'Daydreaming' con su dinámica podría funcionar, aunque esta luce en exceso estándar, lo cierto es que demás oscila entre cosas realmente novedosas como 'Grapejuice' (con unos exquisitos aires al McCartney setentero estilo 'Let'em in') y otras cuyos arreglos alcanzan para mantenerte atado al álbum, me refiero a 'Daylight', 'Satellite', con esa sección notable explosiva al cierre que eleva de nivel algo que lucía como relleno hasta los tres minutos, o ese sensible cierre a cargo de 'Love of my life'. Como punto en contra estarían las baladas acústicas que poco y nada pintan acá, luciendo poco arriesgadas, como 'Matilda' o 'Boyfriends', sin las cuales, y con alguna exploración un poco mejor lograda, estaríamos quizás hablando de uno de los grandes discos del año.
Para cerrar, una reflexión. Cuando veo a Harry Styles pienso inevitablemente en alguien como Robbie Williams, quien en los noventa metió una cantidad enorme de éxitos y generó muchísima atención como personaje, sin embargo, cabe la pregunta veinte años después: ¿Quién es Robbie Williams para las nuevas generaciones? Pues nadie. Realmente nadie. Pensando en fenómenos como este es que quizás Styles se ha propuesto el ir más allá del griterío y el fenómeno momentáneo, su Harry's house habla de aquella búsqueda. Y le ha quedado bien.
¿Canciones? 'As it was', 'Grapejuice','Let's night talkin'.
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