"Sobre cargado..."
Unas semanas atrás recordé acá en el sitio el gran último álbum de Mecano, el fantástico Aidalai (1991), tras el cual la española Ana Torroja debió intentar construir una carrera en solitario, lejos del apoyo de los hermanos Cano. En ese camino fue que consiguió publicar un sutil, delicado e injustamente olvidado Puntos cardinales (1997), el cual encontró complemento unos años más tarde en dos buenos álbumes de pop como Pasajes de un sueño (1999) y Frágil (2003), entre los cuales Ana realizó una exitosa gira junto a Miguel Bosé (Girados), la cual definitivamente acabó por traerla de vuelta al ruedo.
Fueron años activos y prometedores por parte de la española, sin embargo, tras Frágil algo se quebró. Conflictos legales sumados a, digámoslo, una gradual pérdida de su única y característica voz (que los años pasan para todos y no hay caso), acabaron mermando el asunto por lo que en 2007 se vio forzada a publicar un intrascendente álbum de versiones de Mecano, en 2010 regresó con un acercamiento a la electrónica en Sonrisa y desde entonces nada concreto, nada hasta este Mil razones, su primer álbum inédito en una década.
¿Y con qué nos encontramos? Con un álbum que intenta ir muy en la línea de aquello que viene inundando las listas de pop durante los últimos años, digamos: un sonido marcado por la electrónica, los filtros y sintetizadores. El problema es que el resultado luce, por sobre todo, artificial y contrasta bastante con lo personal de las letras, que abordan temáticas como la liberación y el reencuentro. Canciones como 'Llama' o 'Cuando tu me bailas' lucen sobre cargadas (al punto de parecer re mezclas en lugar de canciones propiamente tal), con el beat en un primer plano y arreglos que parecen esconder la voz de Ana, algo similar a lo que ocurre en 'Mil razones', donde la artista se disfraza de Rosalía e intenta conectar con los sonidos urbanos ("Ponle tu que yo ya no lo pongo..."). El problema es que nada de esto acaba por resultar atractivo y a la vocalista por lo general suena fuera de lugar.
Por todo lo anterior, cuando tras diez minutos de álbum suena una balada de desamor como 'Antes', la agradecemos. En ella logra aparecer la melodía y por primera vez en el disco sentimos conexión con lo que la vocalista intenta transmitir ("Me olvido de lo que hay alrededor / Y trato de sentir ese calor que ya no tiene nadie..."), aunque lamentablemente son contados los momentos del álbum donde esto ocurre y en general se privilegia la producción por sobre las canciones.
En definitiva, Mil razones parece ser un álbum que pretende forzar un sonido moderno y actual, línea en la cual logra encontrar uno que otro momento pero muy poco como para hacer que el viaje convenza.
¿Canciones? 'Antes', 'Ya me cansé de mentir'.
5/10
Nada muy especial...
No hay comentarios:
Publicar un comentario