"Que bien se conserva! - me murmuran al pasar. Cual lata de atún guardo silencio sepulcral. Para que explicarles que en mi hueco pectoral guardo mariposas que no puedo desvelar..."
Lo intentó desde el pop y la inocencia junto a los Subterraneos, luego maduró pero cuando se mostró cruda nadie le creyó. Tras aquello desapareció e intentó por fuera, y bueno, quien diría que ya entrada en sus cuarenta finalmente se encontraría cara a cara con el respeto, admiración y el reconocimiento. La responsabilidad de esto recae básicamente en dos álbumes: Tu labio superior (2008) y la extraordinaria Joven dolores (2011), dos discos que entre uno y otro mostraron un crecimiento enorme logrando reinventar a la española y posicionarla como una cantautora a tener en cuenta en la actualidad. No extraña entonces demasiado el que Christina Rosenvinge vuelva a salir bien parada con Lo nuestro, sin embargo lo que si sorprende es el modo.
Ha sido astuta Christina, más que todos nosotros. Contraria a la lógica ha optado por regalarnos un álbum que conecta poco y nada con lo que venía haciendo, escapando desde aquellas dulces melodías electroacústicas adornadas por sensuales y directas letras hacia un sonido sucio a ratos, oscuro todo el tiempo e interpretaciones incluso incorrectas. No es Lo nuestro un álbum tan evidente como sus antecesores y esto se aprecia desde un comienzo, el disco abre con 'La tejedora', marcada por teclados, guitarras y una batería que lleva con claridad los tiempos, el sonido no es limpio y juega con ambientes tétricos, asunto que volverá a darse más adelante en canciones como 'Lo que te falta' o 'La muy puta', una de las joyas del disco en donde además se ríe del rollo de la edad y su conservada imagen. Ahora, cuando este se vuelve más íntimo encaja golpes directos, ahí 'Liquen' se luce, también maravilla el glorioso cierre que logra 'Balada obscena' mientras que 'Pobre Nicolás' o 'Romeo y los demás' deben ser de lo poco que responde al sonido que la mujer venía trabajando en sus recientes trabajos. Mucho más experimentales suenan la folclórica 'Alguien tendrá la culpa' (crítica social incluida) o los coqueteos electrónicos de 'Segundo acto', temas que acaban por cerrar un disco diverso y atractivo, uno que además amplia el registro musical de Christina Rosenvinge y continúa encumbrándola muy por sobre la media.
No se si alguien seguía teniendo dudas, de ser así seguramente con Lo nuestro las habrá disipado absolutamente todas. Y es que la española no la tenía nada de fácil pero no tan solo ha cumplido sino que se ha dado el gusto de ir mucho más allá de lo esperado, consolidando de paso su enorme presente.
7,5 /10
¡Muy bueno!
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