"Diverso pero no consolidado..."
En la apertura del disco, por ejemplo, abordan el peso en la notable 'Forgotten days', que durante cuatro minutos replicará una estructura para en su cierre regalar explosiones varias, y en una canción como 'Stasis', que se acerca a sonidos más psicodélicos pero siempre con las guitarras como protagonistas. Esto a diferencia de lo que sucede en 'Riverbed', una pieza más limpia y cargada al sentimentalismo, mientras que en los doce minutos de 'Silver wings' traen al presente el sonido de sus inicios, desatándose en atmósferas y llevando la canción hacia múltiples lugares. La apuesta es diversa por tanto, es evidente que Pallbearer no desean amarrarse a ninguna arista y más bien ir expandiendo su sonido. Aunque desde ya percibimos que si bien las canciones cumplen, no terminan de encontrar fluidez que termine de convencer.
La segunda parte insistirá sobre esta tendencia, apostando por la dinámica en los constantes machaques y redobles de 'The quicksand of existing', por el peso de las guitarras en 'Vengeance & ruination', una que dice bastante poco pero se salva por esa notable sección media que se marcan a los 4 minutos y medio, y en 'Rite of passage', con Brett Campbell aportando el matiz fluctuando bastante sus vocalizaciones, para finalmente volver a bajar la intensidad mediante la absolutamente emocional 'Caledonia'.
Pallbearer siguen sonando atractivos entre canciones marcadas por guitarrazos pesados y un sonido siempre áspero pero que logra encontrar matices delicados, sin embargo, por momentos se pierden al jugar de manual y varias canciones se extienden pero no generan gancho a causa de la falta de sorpresa. Si bien la banda logra disparar hacia diferentes puntos en esta ocasión no parece acabar de consolidar ninguno, cumpliendo en general pero quedando un poco al debe frente a lo que fue su antecesor.
¿Grandes canciones? 'Forgotten days' , 'The quicksand of existing'.
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