Ambiciosa y brutal experiencia.
Dentro del mundo que no escucha metal resulta común el encontrarse con comentarios del tipo "todas las canciones suenan iguales", frente a lo cual uno debe diferir y explicar que no es tan así. Ahora, en el caso de Meshuggah esta idea circula con más fuerza que en otros casos, respecto a estos suecos he tenido que oír incluso lineas del estilo: "Que aburrido, es cómo escuchar un disco al revés todo el rato...". Así de complejo resulta el oír a una banda que definitivamente coloca más barreras que facilitadores en su golpeado y agresivo sonido, marcado por afiladas guitarras y vocalizaciones guturales potentes pero que pareciesen realmente estar siempre entregando la misma nota. Con Meshuggah ocurre aquello de que, sobretodo cuando no se está familiarizado con el sonido de la banda, dos canciones parecen ser diez, y con esto no estoy diciendo que su música no me agrade... pero las cosas por su nombre, independiente de la importancia que puedan haber tenido dentro del mundo del metal álbumes como Chaosphere (1998), estos suecos tienden a pecar de monótonos.
En ese sentido, The violent sleep of reason, pese a golpear en lo musical en donde mismo han golpeado los anteriores álbumes de la banda (poca evolución de aprecia en Meshuggah a estas alturas) pretende convencer en base a la solidez interpretativa, que esta vez se muestra sin fisuras, fuera de sonar condenadamente brutal. De hecho, cuando la banda aprieta el acelerador convence absolutamente. 'Clockworks', por ejemplo, es una partida llena de cambios que muestra una soltura impresionante, lo mismo con 'Monstrocity' o 'Nostrum', una que hacia el final es capaz de entregar matices notables en las idas y vueltas que presenta, incluido un exquisito solo de guitarra que resulta refrescante.
El problema es el de siempre, y es que en el resto de los temas, sobra peso, técnica y violencia, pero todo esto contrasta con cierta falta de sorpresa. Reconocer un tema acá es tarea ardua, recordarlo más aún. De ahí que la experiencia se reduzca (?) a disfrutar de la brutalidad de un sonido que impresiona por su exquisita técnica pero no presenta diferencias sustanciales con lo presentado en Koloss (2012), más allá de que esta vez el disco se ha grabado completamente "en vivo", lo cual aporta un elemento de naturalidad que es cierto que se percibe y disfruta al oír el álbum.
Cuesta entonces calificar un álbum como The violent sleep of reason, ya que este expone parte importante de lo mejor y peor que podemos encontrar en la actualidad de Meshuggah. ¿Alguien podría osar afirmar que canciones como 'Born in dissonance' , 'By the tone' o 'Ivory tower' son remotamente malas? Sin embargo, una vez escuchado el disco (muchas muchas muchas veces incluso) resulta difícil recordar algún riff en particular.
El álbum cumple entonces con su misión de hacer rodar cabezas mediante un sonido afilado e incontestable en lo individual pero, pese a su solidez técnica, no logra llegar más allá de lo que sus fans esperan oír y menos romper el mito en torno a la monotonía de la banda.
3.5 // Muy bueno! |
Gran reseña. Estoy de acuerdo contigo, a mí Meshuggah nunca me dijeron nada a pesar de ser alabados constantemente pero este disco me ha encantado y es lo mejor que hasta ahora he escuchado en todo el año. La pegada y su tremenda técnica me han dejado alucinando.
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