Tras dos discos que encontraron buena acogida tanto en crítica como en público y que incluso les valió un Grammy a Disco del año en 2012 por Babel, los Mumford & Sons enfrentaban el siempre complejo escenario que precede al tercer álbum. Frente al desafío la banda ha optado por escapar del folk y abrazar el rock, lo cual desde un inicio parece una decisión bastante valiente y valorable, sin embargo me parece que escuchando el resultado uno no puede sino comprobar la falta de experiencia que posee la banda en estas ligas, y es que sin ser un mal álbum Wilder mind carece completamente de identidad quedándose más que nada en una colección de (buenas) ideas prestadas.
Cuando la banda acelera ('Tompkins square park', 'Believe' o 'The wolf') pareciese que estamos frente a uno de los tantos refritos que han desarrollado los Kings of Leon en sus más recientes trabajos mientras que los medios tiempos suenan muchísimo a The national, con suaves guitarras que se insinúan todo el rato bajo un potente relato, 'Wilder mind' (la canción) es un claro ejemplo de lo que menciono. Incluso cuando la banda se decide a ir por baladas como 'Just smoke' , 'Monster' o 'Broad shouldered beast' pareciese que intenta disfruzarse del Coldplay de Ghost stories. Ahora, con todo, hay espacio en el álbum para grandes canciones y 'Snake eyes' es probablemente la mejor de ellas, con una batería que marca el tiempo durante dos minutos para posteriormente encontrar sucesivas explosiones. El resto de los temas que aparecen hacia el final del disco son mero relleno que insiste sobre las fórmulas ya mencionadas dejándonos de esta manera la sensación de estar frente a una banda que todo el tiempo quiso pero no pudo.
La vocación melódica de Mumford & sons está presente en Wilder mind pero no así su identidad, y con esto no quiero decir que la banda debería estancarse en el folk, insisto en que la jugada me parece valiente pero al mismo tiempo creo que tanto elemento ajeno, sumado a un conjunto de temas mitad sólidos/mitad relleno, siembran dudas más que certezas con respecto al futuro de la banda. Según ellos este es el sonido con el que crecieron y se sienten cómodos en el rock, el tiempo dirá entonces si Wilder mind fue el inicio de un espiral evolutivo o solo un experimento fallido.
3.0 // Bueno, cumple. |
Pero qué severo, a mi me ha parecido el mejor disco de su carrera, lo de los granjeros que hacían Folk me parecía más que cliché y actuación. Según sé, James Ford y Aaron Dessner (The National) estuvieron involucrados con la producción, lo cual se nota bastante, ya quisiera Kings Of Leon hber compuesto canciones así en Mechanical Bull. De inicio a fin me parece redondo, y tomando en cuenta que Mumford & Sons no está aquí para reinventar la rueda, pienso que dentro de hacer buenas canciones de calidad radiales, cumple hasta de sobra. Tal y como lo he sentenciado en el último párrafo de mi reseña, que de hecho, el disco me emocionó tanto que llegué querer ponerle más de 80%, pero un 72% o vale.
ResponderEliminarBuen punto de vista el tuyo también. Saludos.