Dictando cátedra.
En medio de una ola de rumores y declaraciones en torno a una supuesta reunión de Led Zeppelin, el gran Robert Plant cierra la puerta (y con llave desde adentro). Nos invita así a dejar de lado la nostalgia y ocuparnos del presente, su presente, el cual llega a nosotros de la mano de un álbum fantástico, probablemente el mejor de su carrera en solitario. Lejos de las guitarras y el rock de antaño pero si muy inmerso en el mundo de oriente Robert Plant logra con Lullaby and... the ceaseless roar aún sonar atractivo y adictivo, todo un mérito para un hombre que podría pasarse el día a día recostado en una hamaca pero que lejos de la conformidad ha insistido en mostrarse creativamente inquieto, al punto de a sus 68 años de edad seguir sorprendiéndonos gratamente.
Ya había dejado sensaciones gratas explorando el folk y las raíces de la música norteamericana en álbumes como Raising sand (2007) o el reconocido Band of joy (2010) pero en esta ocasión ha ido más allá con la exploración encontrando un disco interesante, a momentos fascinante. Se ha rodeado de una serie de excelentes músicos (la Sensational space shifters), provenientes de distintas partes del mundo, y aquello se expresa de manera clara en la diversidad con que cuenta el trabajo.
El disco abre muy arriba, la voz del viejo y querido Robert planea a gusto sobre sonidos orientales y la verdad es que bajamos la guardia de inmediato, "Little Maggie" y "Rainbow" convencen de entrada y anticipan un viaje que no tendrá puntos bajos. Lo que logra, por ejemplo, en "Pocketful of golden" es increíble, mete electrónica de manera muy sutil, genera dulces ambientes con guitarras e interpreta como los dioses, demostrando que pese al paso de los años aún es capaz de encantar serpientes con esas cuerdas vocales. La pasada por "Embrace another fall" y "Turn it up" es probablemente el momento más soberbio con que cuenta el álbum, son diez minutos en donde Plant demuestra con claridad el que ya no necesita de Led Zeppelin ni de la nostalgia para volver a ponernos los pelos de punta ya que sus capacidades se mantienen intactas a la hora de generar intensidad, el hombre se adentra sobre sonidos un poco más duros sin abandonar el alma del álbum y vuelve a triunfar.
En el nudo del disco baja un tanto las revoluciones pero no el nivel, acá Plant suena algo más tradicional gracias al piano y melancolía de "A stolen kiss" seguida del medio tiempo "Somebody there". Los ritmos étnicos, con violines y banjos vuelven a tomarse el trabajo cuando suena "Poor Howard" y "House of love" mientras que más cercana al blues en versión eléctrica aparece "Up on the hollow hill", acá el vocalista aparece en versión muy íntima y personal. El cierre llega con la electrónica y el ritmo desatado de "Arbadden (Maggie´s baby)", son dos minutos de alto nivel que vuelven a mostrar al Plant más exploratorio, lleno de juegos, tanto vocales como en materia de arreglos.
Sin puntos bajos ni reproches, un trabajo exquisito, de primer nivel frente al cual solo queda pararse a aplaudir. Robert Plant no necesita de una gira junto a Jimmy Page y, digámoslo, nosotros tampoco deberíamos. Con Lullaby and ... the ceaseless roar basta y sobra para seguir disfrutando de las habilidades de un talentoso innato, un hombre que quizás ha quedado bajo la sombra de otros próceres del rock pero que se merece todo el respeto del mundo.
No quiero pensar en el futuro ni tampoco en si tendremos un siguiente álbum de Robert Plant. Sólo quiero comprar este álbum en formato físico (si, este disco lo merece), abrir una botella de vino, dar el play y disfrutar el momento.
No quiero pensar en el futuro ni tampoco en si tendremos un siguiente álbum de Robert Plant. Sólo quiero comprar este álbum en formato físico (si, este disco lo merece), abrir una botella de vino, dar el play y disfrutar el momento.
8,5 / 10
¡Excelente!
Qué bueno que te has animado con este gran álbum, ya con un lugar entre lo mejor del año no?
ResponderEliminarSiii... no cabe duda. Es un tremendo disco.
EliminarMe llama la atención que en general el álbum sea ignorado en cuanto recuento he visto de fin de año.
Saludos!