"Un ritual constante (poco recordable)..."
Lo que se nos entrega acá entonces son ocho piezas tituladas simplemente 'Wierszalin' (enumeradas del I al VIII) en donde Bart se entrega a esas atmósferas corales propias de iglesia, las cuales enlaza con momentos sinfónicos + uno que otro relato hablado, introduciendo cada cierto tiempo algún elemento que acerca el sonido al black metal pero siempre como complemento y no protagonizando. El conjunto por tanto, salvo contados momentos, está lejos de ser un desate y más bien tiende a la calma, a sonar como un trabajo contenido, un ritual constante en donde los coros eclesiásticos y los relatos (en ocasiones femeninos) son preponderantes.
Habrán piezas que se moverán en tiempos lentos (las II y III) mientras que otras acelerarán (V), pasajes introductorios y otros que funcionan como puentes, sin embargo, el elemento común será lo poco recordable que suena el conjunto entre canciones que siendo de cuatro o cinco minutos se sienten realmente largas y en ocasiones agotadoras. Claros ejemplos de lo mencionado son las introducciones a las piezas III o VII, así como la totalidad de VI, un tedio total. En ese camino, el cierre a cargo de los siete minutos de VIII pareciesen encontrar cierta épica en el sonido (¡son buenas atmósferas!) pero se extraña algo más de emoción, que la música te provoque algo, dejándonos así un conjunto que durante cuarenta minutos suena frío e inerte, digamos, el clásico disco que no te das cuenta cuando siguió sonando y dejaste de ponerle atención. Tampoco es que este Prophet Ilja sea un completo desastre pero si un trabajo que más allá de las nobles intenciones no logra llegar.
¿Canciones? 'Wierszalin IV y V' parecen ser dos canciones que interpretan de manera correcta los objetivos del álbum.
6,5 /10
Cumple y algo más...
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