No todos pueden ser genios
El que hayan tenido que tomarse cuatro años para editar recién su cuarto disco es clara señal de que la creatividad no sobra al interior de Franz Ferdinand. Supongo que la confianza tampoco andará por las nubes luego del bajón que significó Tonight: Franz Ferdinand (2009), su anterior trabajo. En ese entonces la banda quiso alejarse un tanto del sonido que entre 2004 y 2005 los llevó a la fama (digámoslo, sus dos primeros discos fueron brillantes y para bien o para mal aquello les pesará por siempre), bajaron las revoluciones, coquetearon con la electrónica, con teclados y pasaron su música por filtros a manera de quitarle simpleza a las guitarras. El disco evidentemente decepcionó a quienes esperaban seguir divirtiéndose con el "rock bailable" que inundó sus inicios pero al mismo tiempo tampoco dejó satisfecho al público ocasional dado denso que se sonaba en el global. Hoy los tenemos de regreso con un álbum que, como era de esperar, retoma las guitarras, los ritmos hiperquinéticos, emula el bailoteo y la alegría de sus inicios, sin embargo, he de reconocer que si bien el álbum mira hacia atrás con su sonido también incorpora elementos que muestran madurez. En síntesis, Franz Ferdinand está de regreso en la búsqueda del hit y del tema contagioso pero no por eso nos han entregado un disco desechable.
Se notan los años pensando esta jugada, Right thoughts, right words, right action (primera y última vez que escribo el título) es uno de esos álbumes que suenan calculados segundo a segundo. De hecho, lo primero que llama la atención al darle play es la impecable producción que posee (herencia de su anterior trabajo, que también sonaba muy bien). El sonido que el disco logra en canciones como "Evil eye" es impecable, de una exquisita limpieza. Ahora, hablando de los temas, como en todo disco pop nos encontramos con temas gancheros e inmediatos tales como "Right action", el single "Love illumination" , la muy inquieta "Bullet" o el meloso medio tiempo (que le hace honor a su título) "Fresh strawberries". Sin embargo, lo mejor del disco por paliza siento que está en la ya mencionada "Evil eye" o "Stand on the horizon" canciones donde podemos sentir a una banda madura, mezclando guitarras, teclados y planteando melodías contagiosas que te invitan al movimiento constantemente.
La recta final del disco, como suele suceder con los álbumes de pop, es débil. Aparece el relleno en temas como "The universe expanded" o "Treason! animals", canciones que aportan bastante poco. De hecho, dentro de las últimas cuatro yo solo destacaría el juguetón cierre con marca de la casa a cargo de "Goodbye lovers and friends", la única que sorprende.
Franz Ferdinand han vuelto con lo que mejor mejor saben hacer y lo han hecho bien, entregándonos un disco corto (poco más de media hora), un puñado de canciones que funcionan y que cuentan con uno que otro momento destacado. No todos pueden ser genios, los capaces de reinventarse y salir bien parados de aquello han sido los menos y bueno, la banda parece haber aprendido aquella lección.
6,5 / 10
Cumple y algo más...
A mí me gustó pero como siempre la mayoría de criticas van a ser negativas y cuando salga otro disco en el futuro van a decir que este era buena y ese malo, me gustó tu articulo seguiré el post mas de cerca.
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