martes, 30 de octubre de 2018

Soreption : Monument Of The End (2018)

"Tino, precisión y perfección..."

El death técnico tiene de regreso a uno de sus buenos exponentes en la actualidad. El camino ascendente que la banda inició ocho años atrás continúa dando buenos frutos de la mano del que seguramente será considerado por muchos como uno de los grandes álbumes que habremos oído en este 2018, y si bien es cierto es que con su tercer largo estos suecos no pretenden inventar la pólvora y desenfundan un conjunto de temas dispuestos a impactar con potencia + precisión quirúrgica el mentón del oyente, también lo es el que hay mucho que agradecer en este Monument of the end

Un primer aspecto a destacar es la ejecución, que jamás baja del notable, con un trabajo de guitarras y batería realmente extraordinario. Para muestra, la dinámica incesante de canciones como 'Nothingness becoming' + 'A mimic's ignorance' , las notables progresiones de 'King of undisputed nonsense' o la sección intermedia de 'Architects of the apocalypse', con quince segundos de un incesante y endemoniado blast beat seguido de las impresionantes vocales de Friedig Soderberg y las cuerdas de Mikael Almgren, todo un conjunto que no entrega momento de tregua a quien oye. 

Ahora, ciertamente, más allá del deleite técnico, lo interesante en cada una de estas canciones se encuentra en el trabajo de estructuras que presentan, con constantes cambios que permiten disfrutar del disco sin jamás bajar el nivel, entregando en este espacio incluso para pasadas muy melódicas con coros reconocibles y adictivos, como es el caso de 'The anti-present' + 'Children of the automaton'. En el mismo sentido, cabe mencionar lo atinado que resulta el que tras cuatro años de silencio la banda regrese con un álbum de tan solo ocho temas (insisto, el número perfecto para mi cuando de música compleja hablamos), entendiendo muy bien aquella idea de que en ocasiones menos es más, asunto que en esta ocasión se verifica plenamente. De esta forma cuando el disco cierra en la absoluta perfección de 'Virulent well' + 'The entity' nos quedamos con la sensación de haber disfrutado de una dosis intensa pero adecuada de un death metal técnico de primer nivel. 

De lo bueno poco y así continúa desarrollándose la carrera de los suecos de Soreption, una joya del metal actual y que en Monument of the end han vuelto a encontrar un trabajo tremendo, de lo mejor que habremos oído en este 2018.

8,8/10
¡Excelente!

domingo, 28 de octubre de 2018

Babasónicos: Discutible (2018)

"Tímido en exceso"

Venían cuesta abajo. Sin ir más lejos, Anoche (2005) fue lo último donde algo interesante dijeron y desde ahí: el abismo, la conformidad y estancamiento. La triada conformada por Mucho (2008) + A propósito (2011) + Romantisísmico (2013) dio muestras de una agrupación carente de fuerza donde fue poco y nada lo realmente rescatable. Supongo que por todo esto, un adelanto como 'La pregunta' me movió el piso como no me ocurría hace demasiado tiempo con Babasónicos. Un tema oscuro y valiente, que inevitablemente me ilusionó con un álbum que recuperase el hambre extraviada tras tanto tiempo, sin embargo, con Discutible entre nosotros debo decir que esas esperanzas se fueron un tanto abajo, básicamente porque 'La pregunta' funciona como una isla dentro del disco, donde ninguna de las otras nueve que lo componen conecta con los ambientes ni el atrevimiento que la mencionada ostenta. ¿Vuelve esto de inmediato a Discutible en un mal disco? En absoluto, pero cabe destacar de entrada ese elemento de desconexión que la partida provoca. 

El caso es que avanzando tras 'La pregunta' nos encontramos con una seguidilla de canciones que danzan sobre el sonido que Babasónicos viene trabajando desde hace una década, con estructuras simples y líricas en primera persona que coquetean con el atrevimiento (aunque rara vez transgreden lo correcto) pero que cuentan con ideas suficientemente interesantes (aunque generalmente mal acabadas) como para mantenernos ahí, atentos. 

Es así como la pasada por 'Ingrediente' , 'Bestia pequeña' o 'Trans-algo' suena atractiva y a ratos nos cautiva gracias a ese romanticismo ácido que Adrian Dárgelos suele interpretar pero falla en la concreción. Todos son temas que jamás explotan, que se conforman con encontrar un buen coro y repetirlo hasta la saciedad. Algo falta claramente. Un ejemplo clarísimo de lo que menciono es 'Adios en Pompeya', que hacia su cierre desata las guitarras para acabar con un insípido fade out, como si la banda se hubiese esforzado por matar la intensidad en cuanto esta apareciese. De todas formas, la crítica a los sabelotodo de internet (como yo) en 'Teóricos' y el rock de 'Cretino' + 'Orfeo' saben bien cerrando así un álbum corto (poco más de treinta minutos en diez canciones) que parece querer ir en la dirección correcta pero de manera demasiado tímida

Quizás en un siguiente álbum Babasónicos acaban por despeinarse en serio y no solo insinuar las ganas. Por ahora, siguen sonando extraviados pese a que nos han dejado un álbum que al menos supera con creces lo realizado en cualquiera de sus tres álbumes anteriores. 

6,5 / 10
Cumple y algo más...


Otras reseñas de Babasónicos:
1997 // Babasónica 
1996 // Dopádromo 

lunes, 22 de octubre de 2018

Satan : Cruel Magic (2018)

"La vieja guardia viva y presente..."

Es comprensible que gran parte del planeta no conozca a los ingleses de Satan, mal que mal, tras haber sido parte relevante de la fundación de aquello que hoy conocemos como heavy metal y cambiar su nombre unas cuantas veces (encarnando diferentes proyectos hasta fines de los años 80), la agrupación (demasiado) pronto se retiró, dejando solo dos álbumes entre nosotros y cediendo el crédito + éxito a bandas como Iron Maiden, Saxon o Motorhead. Lo cierto es que tuvieron que pasar más de veinte años para que Brian Ross sintiese que el ambiente estaba para un regreso a las pistas de Satan por lo que en 2013 los tuvimos de vuelta mediante el fantástico Life sentence (si no lo has oído debes hacerlo), discos que dio claras muestras de un filo intacto por parte de la banda a la hora de componer metal con aires clásicos, sensación que se vio confirmada dos años más tarde con la edición de Atom by atom (2015) y nuevamente se ve reafirmada en este 2018, de la mano por cierto del que debe ser el mejor diseño de portada del año. 

Lo primero que llama la atención en Cruel magic es la apuesta en materia de producción, aspecto que seguramente dividirá agua entre los auditores, habrán quienes no conecten en absoluto con el sonido retro que Satan nos presenta, carente de aderezos, mientras que otros celebrarán el que la banda intente impactar unicamente mediante el peso de sus canciones, sin engaños ni efectos. Ahora, en esa materia, nos encontraremos con un disco dinámico, compuesto por diez canciones de heavy metal de corte clásico, con estructuras que varían constantemente generando constante interés en quien escucha. De esta forma, el álbum se debatirá entre medios tiempos tales como la dupla que abre 'In the mouth of eternity' + 'Cruel magic' (la canción) o la oscura 'Ophidian' y temas que van directa a la médula de los amantes de la velocidad como 'The doomsday clock', 'My prophetic soul' , Death knell for a king', los excelentes seis minutos de 'Who among us' o la brillante 'Legions hellbound', con toda esa exquisita sección media que la convierte en la mejor canción del disco.

Cruel magic se percibe sobre cualquier otro adjetivo como un álbum honesto, y si bien se encuentra un peldaño por debajo de cualquiera de sus dos antecesores (basicamente porque el factor sorpresa ya no se encuentra presente), en el canción a canción no baja su estandar de calidad. Satan continúa siendo apuesta segura... benditos sean porque aquello.

4.0 // Excelente !

martes, 16 de octubre de 2018

20 Años De... The Smashing Pumpkins: Adore (1998)

"La revolución electrónica y emocional de los pumpkins..."


En 1995 (si, como pasa el tiempo) The Smashing pumpkins se transformaban en todo un suceso. El lanzamiento de un impresionante álbum doble titulado Mellon collie and the infinite sadness (al cual le debo reseña, lo sé) le entregó a la banda un estatus absolutamente inimaginable unos años atrás y consagró ciertamente a William "Billy" Corgan como uno de los compositores más talentosos de su generación (si es que no el más), situación que ciertamente impactó en el ego del vocalista. Se sumaría al éxito obtenido una extenuante gira de promoción no exenta de dificultades, siendo la más importante de ellas el episodio de sobredosis experimentado por Jimmy Chamberlin y Jonathan Melvoin (tecladista de la banda) que desembocó en el arresto del primero y la muerte del segundo. Tras este suceso Chamberlin fue despedido por lo que la banda debió finalizar su gira con baterista alternativo y ciertamente replantear su futuro inmediato. El escenario se prestaba por tanto para una temprana reconversión, la cual llegaría en 1998 de la mano de un álbum completamente revolucionario dentro de lo que fue la carrera los estadounidenses: Adore, la aventura electrónica y emocional de los Pumpkins.

Un 2 de junio de 1998 Adore veía la luz. Meses previos a su lanzamiento llegó a nosotros su adelanto promocional, 'Ava adore', tema que entregaba evidentes señales de cambio. Elementos electrónicos en las percusiones (asunto quizás esperable, considerando la partida de Chamberlin) y una lírica romántica / erótica / adulta ("Tu siempre serás mi puta porque eres la única a quien adoro...") inédita hasta ahora en la agrupación. Posteriormente, con el disco entre nosotros confirmaríamos por donde irían los tiros. Adore llegaba a nosotros como un álbum decidido a romper absolutamente con el pasado inmediato de los pumpkinsAhora, mirado a distancia cabe mencionar el que este, analizado canción a canción, resulta ser una experiencia fantástica, repleta de matices exquisitos que seguían dando cuenta de un talento enorme, sin embargo, constata también el comienzo del fin para la banda, la cual desde 1998 comienza a ser "la banda de Billy Corgan". 





El mismísimo Corgan ha reconocido en años recientes que Adore fue incluso cuestionado al interior de la banda, mencionando que la bajista D'arcy Wretzky (quien de hecho abandonaría el buque tan solo un año más tarde) insinuó que este debía ser más bien el primer álbum en solitario del cantautor, sin embargo, el ego de Corgan pudo más. Su espalda sostenía el éxito de Mellon collie and the infinite sadness y frente a aquello, ¿quién se atrevería a negarle algo? Había que dejarlo, que el hombre hiciese su disco a antojo y lo presentase como quisiese, de hecho, armó una banda plagada de excesos, con dos percusionistas + un tecladista que se sumaron a los fijos D'arcy y James Iha. El caso es que Corgan actuó como quiso y bueno, la ruptura fue total: el disco no calzaba en absoluto con lo que se esperaba de un nuevo disco de The smashing pumpkins por lo que no fue aceptado por el público, la crítica lo catalogó como un capricho experimental del vocalista y la venta de discos (en tiempos donde estas realmente importaban) fueron bajas. 

Pero abordemos el contenido. Temáticamente Adore es un álbum que gira en torno al concepto de la pérdida. La partida de Chamberlin, el fin de su matrimonio y la reciente muerte de su madre mantienen a Corgan dentro de un torbellino emocional, lo cual se manifiesta a lo largo del disco. 

De esta forma, abrirá de manera tierna mediante la desnuda 'To Sheila' para a partir de ahí desenfundar un camino marcado por el sentir, con referencias clarísimas. Dialogará dolorosamente con su madre en la acústica 'Once upon a time' ("Madre, estoy cansado / Ven a rendirte hijo mío / El tiempo ha desbastado mi alma / No hay planes para partir pero igualmente me iré"), en la intensa 'Behold! The nightmares' ("No puedo seguir cavando rozas de tu tumba") y le dedicará explícitamente 'For Martha' ("Si te tienes que ir no te despidas / Yo seguiré adelante / Te veré en el otro lado"),  abordará el contradictorio deseo post ruptura mediante el rock de 'Ava Adore' + 'Pug' ('Deséame fuertemente/ Dréname y patéame con fuerza / Susúrrame secretos al oído / Intenta irte muy lejos"), desatará la ira por la pérdida en la contundente 'Tear' ('"Y por primera vez el cielo se volvió insano"), la sensible 'Crestfallen' ("Y todo lo que pido es otra oportunidad...") y en la impresionante 'Blank page' ("Una página en blanco fue toda mi rabia..."). 

En una arista más experimental navegaran 'Perfect' y 'Apples + oranges' , dos que se sostienen sobre baterías electrónicas y por esto mismo lucen algo desencajadas respecto al resto e incluso conectan con mayor claridad con The future embrace, el debut en solitario de Billy Corgan que años más tarde vería la luz (2005 para ser más exacto). 'Daphne descends' es una donde la mixtura maquinitas + guitarras funciona a la perfección (el trabajo de James Iha en esta es perfecto) mientras que la pasada por 'The tales of Dusty and Pistol Pete' + 'Annie-dog' + 'Shame' brilla a causa de su simpleza y naturalidad, permitiéndonos disfrutar de la banda (batería, bajo, guitarra y voz) sin aderezos ni exceso de producción. 

A más de dos décadas de su salida Adore sigue pareciendo un álbum osado y rupturista, contundente y minucioso. Un disco incomprendido en su momento debido al violento contraste que marcó frente a su antecesor pero que de cualquier forma se sostiene en base a un conjunto de canciones enormes a las cuales el tiempo se ha encargado de colocar en su merecido lugar. 


9 /10
¡Brillante!


Otras reseñas de The Smashing Pumpkins:
2015 // Adore (Versión de lujo)
2014 // Monument to an elegy
2012 // Oceania

sábado, 13 de octubre de 2018

Miles Kane : Coup De Grace (2018)

"Rabia y elegancia en igual proporción..."

Sin olvidar sus raíces pero incorporando nuevos elementos en su sonido nos encontramos a Miles Kane en este 2018 mediante la edición de su tercer álbum en solitario, el cual continúa bebiendo de esas marcadas influencias británicas/retro que colocan a la guitarra y la melodía en un primer plano pero tal como mencionaba inicialmente, intenta dar pasos de crecimiento, quizás en el afán de escapar de la sombra de su compañero de ruta durante años anteriores: Alex Turner. La esencia de Kane se mantiene por tanto, esa que debutó de gran forma por allá por 2011 con el buen Colour of the trap permanece presente en este conjunto de canciones, sin embargo, hay un dejo rabioso que ronda en la producción (claramente más sucia que en cualquiera de sus discos anteriores) que desde un inicio marca la pauta de Coup de grace

Y si, que nos encontramos en el álbum canciones como la acústica 'Killing the joke', el medio tiempo 'Cry on my guitar' o 'Loaded' (que cuenta con colaboración en composición y voces de Lana del Rey), absolutas marcas de la casa a estas alturas, pero gran parte del disco irá en otra dirección, una mucho más golpeada, ruidosa y frenética. No es coincidencia que el puntapié inicial del disco en 'Too little too late' exclame el clásico "One! Two!... One, two, three, four!". Es la intención del álbum, combinar la rabia con su siempre elegante estilo, tan marcadamente británico. Ahí el vértigo vendrá de la mano de canciones como 'Cold light of the day', 'Silverscreen' o 'Something to rely on', que se enlazan con las desgarradas interpretaciones de 'Coup de grace' (la canción) o la genial 'Wrong side of life', la mejor del álbum para quien escribe y una donde cada palabra que sale de la garganta de Kane se percibe genuina y dolorosa. 

Coup de grace es un disco que fue grabado en un departamento durante dos semanas y aquello se percibe a lo largo su trámite. Esta vez el vocalista ha decidido no manosear demasiado el sonido y entregarnos un álbum directo, que derrocha energía, rabia pero donde su esencia se conserva. Ha hecho bien, el resultado ronda el notable.

7/10
Muy bueno.

domingo, 7 de octubre de 2018

Behemoth : I Loved You At Your Darkest (2018)

"Blasfemia al servicio del consumidor..."

En tiempos donde todo es inmediato y nace para ser desechado diez minutos más tarde, soy enemigo de escribir de un disco que acaba de ser lanzado. Se que es lo que se estila, que hay que estar al día, darle dos pasadas al álbum y escribir lo que sea al respecto, sin embargo, ya sea porque tengo vida o porque prefiero darle algo de mastique a la música, suelo tomarme un tiempo mayor al de otros sitios respecto a las reseñas de nuevos lanzamientos (muchos de hecho, en el afán de encontrar "el momento preciso" quedan en carpeta para jamás lograr concretar una reseña). El caso es que en esta ocasión romperé mi norma para hablar del esperado álbum de los polacos de Behemoth, el álbum del momento, el disco del cual todos están hablando. Lo haré básicamente por una razón: porque la banda, y principalmente su lider Adam "Nergal" Darski, así lo han querido, entregándonos un álbum sencillo, inmediato, continuista y que ciertamente no propone ningún desafío relevante a quienes vienen siguiendo a la banda desde hace más de una década.

Dicho en simple: quienes disfrutaron del renombrado The satanist (2014) pero se temían un giro definitivo que acabase por alejar a Behemoth de la música extrema encontrarán seguramente en I loved you at your darkest una justificación para abandonar el barco. Y es que pese a que han transcurrido cuatro años entre este lanzamiento y su antecesor, Nergal no se ha calentado la cabeza, como quien tuviese de antemano claras las direcciones a seguir nos ha entregado un álbum similar al mencionado y pero que, en sus palabras, "se encuentra más orientado al rock que cualquier otro disco de Behemoth". Y es que así es, I loved you at your darkest podría entenderse como un muy buen álbum de rock interpretado por la característica e iracunda garganta de Nergal y ejecutado por músicos de primerísimo nivel. El resultado por tanto no puede ser malo, ni siquiera mediocre, pero digámoslo: apunta a nuevos públicos y no ha dejado espacio para piezas particularmente complejas. Olvídense por tanto de canciones como 'Lucifer' (Evangelion, 2009) o sin ir más lejos, 'Blow your trumpets Gabriel' / 'O father O satan O Sun!' (The satanist, 2014). No. Acá todo llega a nosotros en piezas compactas y directas, que en tres o cuatro minutos desenfundan el mensaje sin vueltas de tuerca ni nada por el estilo.



Las temáticas y los mensajes acá se mantienen. La blasfemia, los ataques a la iglesia católica y al cristianismo están presentes, pero claro, el sonido de la banda parece tan armado y llega a nosotros con videoclips tan contradictorios en su discurso/práctica (donde los pechos de una mujer son considerados "ofensivos" por lo cual incomprensiblemente se censuran) que inevitablemente sentimos que todo lo presentado, por más adornado y bien empaquetado que se encuentre, resulta ser una evidente charada donde el foco de la banda está puesto fuertemente en todo aquello que se proyecta más que en el fondo, en lo realmente importante: que el contenido sea claro y coherente. 

Musicalmente el disco como antes mencioné, no está nada mal. A destacar la dinámica de temas como 'Ecclesia diabolica catholica' o 'If cruxifixion was not enough' (muy similares ambas ciertamente) , la absoluta contundencia de 'God = dog', los ambientes de 'Bartzabel' (me encanta, lo admito) o la fiereza de la pasada por 'Angelvs XIII' + 'Sabbath mater' , de lo más atractivo que contiene el álbum, así como también esos juegos corales eclesiásticos que se repiten durante gran parte del trabajo (y en general aportan) además de la incorporación de elementos acústicos en ciertos pasajes, pero insisto, la sensación de estar frente a un álbum que mete mano a fórmulas melódicas, y que aquello lo contiene, es potente. 

Nuevamente las palabras del mismísimo Nergal aclaran el camino: "Aunque nuestro origen está en el black metal, Behemoth es algo mucho más grande" ¿Es aquello un pecado? ¿Es malo el disco por esta razón? En absoluto. Pero situando el álbum en su contexto, el de un disco de rock interpretado por notables músicos de pasado en el metal extremo, tampoco me parece estemos frente a un producto que escape del "correcto".  

¿Canciones? 'Ecclesia diabolica catholica' y 'Bartzabel'

6/10
Bueno, cumple...


Otras reseñas de Behemoth:
2014 // The satanist

jueves, 4 de octubre de 2018

Lenny Kravitz : Raise Vibration (2018)

"Buenas intenciones, poca consistencia..."

Personal, diverso e inquieto. Lenny Kravitz está de regreso. Tras cuatro años de silencio luego del más que digno Strut, el norteamericano regresa con un disco muy honesto pero, digámoslo, de poca consistencia. Raise vibration se presenta de hecho como un álbum exploratorio en lo musical, donde una vez más Lenny ha hecho de multi instrumentista (ha tocado bajo, guitarra, batería, piano y hasta los bongós en esta ocasión) intentando dar con la tecla precisa, exponiendo con claridad varias de su más potentes influencias musicales pero perdiéndose en el camino entre canciones que insinúan buen sabor pero acaban, la mayoría de ellas, enredándose durante su propio trámite.

Sin ir más lejos, 'We can get it all together' es una que abre entregando de inmediato esta sensación, la de ir marcando un camino que jamás explota como corresponde para finalmente perderse en medio de un repetitivo coro. En una linea muy similar y poco lograda se encuentran canciones como 'Who really are the monters?' (muy esta Prince por cierto), 'Raise vibration' (la canción) o 'It's enough', las cuales, independiente del mensaje con carga política que entregan, tienen ese gustillo a jam session que a ratos agrada pero a la larga cansa dada su falta de dirección. 

Ahora, no todo está perdido en esta entrega, el sabor de 'Low' + 'The majesty of love' (ambas con sutiles referencia a la figura de Michael Jackson) o las melosas baladas 'Johnny Cash' (que realiza referencia a la contención que Lenny Kravitz vivió por parte del vocalista y su esposa June Carter al enterarse de la muerte de su madre en 1995) + la pacifista 'Here to love' entregan momentos que funcionan y tornan el trámite algo más llevadero. De igual forma el pop de '5 more days 'til summer' no desagrada. Tres o cuatro momentos, sin embargo, saben a muy poco para un disco que pese a sus intenciones luce pálido frente a gran parte de la discografía del vocalista. 

2.5 // Nada muy especial 


Otras reseñas de Lenny Kravitz:
2014 // Strut

lunes, 1 de octubre de 2018

Interpol: Marauder (2018)

"Vueltas en círculo..."

En plena batalla por sobrevivir nos encontramos a Interpol, una lucha donde otros compañeros de generación ya han caído ( Strokes, Franz Ferdinand y cuantos más que paso a paso se acercan a la absoluta intrascendencia) y donde, a excepción de Arctic monkeys, cuesta encontrar una banda de guitarras que haya logrado perdurar más allá del impacto de uno o dos álbumes iniciales (The horrors o Foals quizás son dos que aún muestran hambre por sorprender). 

El caso es que tras un valiente (pero fallido) intento por innovar en 2010 la banda continúa deambulado en el limbo, como quien busca inspiración en medio del bosque. El punto común de inicio siempre son las guitarras, punzantes y directas, aunque en esta ocasión, a diferencia de lo entregado en El pintor (2014), llegan a nosotros mediante una producción un tanto más sucia, la cual desde la partida llama la atención. Ahora, a partir de ahí la banda logra en esta ocasión desenfundar dos de los singles más potentes que han encontrado en años: la seductora 'If you really love nothing' y la convincente 'The rover', dos temas absolutamente inapelables y de los buenos ganchos que habremos recibido en este 2018. Funcionará de igual manera toda la primera parte del álbum, ahí el medio tiempo 'Complications' convencerá mientras que 'Flight of fancy' gana bastante en intensidad gracias a ese solo final, muy bien ahí, para cerrar esta sección con la exploratoria 'Stay in touch'. En la segunda mitad, sin embargo, pareciese ser que el disco (una vez más) se ha quedado con poco que decir, redundando entre los guitarrazos de siempre con una que otra excepción. Ahí 'Number 10', por ejemplo, destaca por sobre el resto siento la única que en su estructura cambiante y golpeada consigue captar nuestra atención en medio de una seguidilla de temas que vuelve a dejar a la banda donde siempre.

No hay demasiadas sorpresas por tanto con Marauder, sexto álbum de una banda que si bien mejora la oferta respecto a su antecesor, continúa dando vueltas en círculo y parece sentirse (demasiado) cómoda en lo suyo: entregarnos dos o tres de ganchos convincentes sumado a un conjunto que en general funciona. 

3.5 // Muy bueno!

Otras reseñas de Interpol:
2014 // El pintor
2010 // Interpol